11 – ENERO
Matutina: Salmo 19
Meridiana: Salmo 3
Vespertina: Mateo 12:36,37
BELLEZA DE LENGUAJE
Todo lo lindo nos llama la atención y nos gusta, ¡cómo recreamos nuestra mirada en un paisaje hermoso y cuánto admiramos la creación de Dios en un bello rostro! Así también es de agradable para el oído, como música suave y melodiosa, la belleza del lenguaje.
“Las palabras pueden ser dulces cual la fresca miel de las abejas, pero también pueden tener emponzoñoso aguijón”.
Cuántas veces hemos visto salir de una linda boca palabras tan desagradables y destempladas que nos han hecho exclamar: ¡qué lástima!
Es de suma importancia que vigilemos nuestras palabras. “¡Señor, guarda la puerta de mis labios!”, exclamó un gran hombre de Dios y también pidió: “Sean gratos los dichos de mi boca”.
Que nos preocupe tanto la belleza de lenguaje como la belleza del rostro. Que nuestra boca sea una fuente de agua pura y cristalina para contar las maravillas de la ley de Dios; para calmar la sed al alma sedienta; para consolar un corazón afligido; para proferir bendición; para pronunciar un perdón. Que las palabras que pronunciemos a diario sean palabras de virtud, rectas, bondadosas y tiernas, y que nos adueñemos de esta resolución valiosa: “Guardaré mi boca con freno”; “atenderé a mis caminos para no pecar con mi lengua”.
-Liccy Fuentes
¡Oh, Señor, guarda la puerta de mis labios!
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