9 – ENERO

Matutina: Deuteronomio 28:10-12

Meridiana: Salmo 3

Vespertina: Efesios 1:19-23

LO QUE NOS PERTENECE

Cuando Moisés terminaba su labor, entregó una de sus últimas palabras proféticas al pueblo enlistando las bendiciones y maldiciones que le esperaban en dependencia de la obediencia a los estatutos que le habían sido entregados: “A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente” (Deuteronomio 30:19).

Este episodio ilustra de una forma clara la intención de Dios de que su pueblo viviera una vida plena y bendecida a través de su obediencia. El gran problema que una y otra vez enfrentó la nación de Israel, al igual que el resto de los hombres, fue que la oscuridad de su corazón pecaminoso les inducía a amar más las tinieblas que la luz y les privaba de esas bendiciones. Es ahí donde, una vez más, debemos agradecer a Dios por Jesucristo; Él vivió en perfecta obediencia y es con base en su vida que nosotros hoy disfrutamos el fruto de lo que Cristo para la iglesia conquistó. Cuando sientas que no hay motivos para ser feliz y paciente en tus pruebas, recuerda cuánto te pertenece por causa de la obediencia de Cristo.

-Rolando Madruga

Su amor es mi supremo bien, su amor que mi alma redimió.