1 – OCTUBRE

Matutina: Isaías 40:12-18

Meridiana: Salmo 75

Vespertina: Isaías 40:21-26

EL DIOS QUE ADORAMOS

La visión que el hombre tenga de Dios determinará su adoración a Él y la forma en que se conduce en la sociedad. Para muchos, Dios es sencillamente una máquina de resolver problemas y nada más, se acuerdan de Él solamente cuando necesitan una respuesta, pero luego continúan viviendo sus vidas como si Él no existiera.

Para otros, Dios es un ancianito tocando a la puerta del corazón, desprovisto de todo poder para actuar si el hombre no decide aceptar sus ruegos.

En algunos casos se ve a Dios cómo un ser aburrido y cruel, que está esperando que manifestemos cualquier destello de diversión para prohibirla, porque la santidad, según ellos, es sinónimo de seriedad y aburrimiento. Pero no es esta la visión que la Biblia tiene de Dios.

En las sagradas páginas se nos presenta un Dios poderoso y tremendo, que ante su presencia tiembla la tierra y que puede, y actúa aún a pesar de nuestras decisiones, y aunque es cierto que no viola nuestra libertad, también es verdad que la emplea para sus propósitos. No está en el cielo esperando a que nosotros decidamos para Él actuar, sino que es un Dios que obra a favor de aquellos que le aman. El Dios de la Biblia es Santo, y aun así es descrito como un Dios alegre, que se regocija, que sonríe y que encuentra placer en la alabanza de su pueblo.

-Antonio Corrales

Demos a Dios como individuos y como iglesia,

una adoración que sea digna de Él.