7 – NOVIEMBRE

Matutina: Lucas 9:51-56

Meridiana: Salmo 57

Vespertina: Mateo 9:9-13

ESPÍRITU PASTORAL

Todas las obras de Dios son lindas; todas las obras de la iglesia son importantes y atractivas. Si dichas obras se analizan, todas conducen hacia un solo fin. Si haces un jardín, si construyes un templo, todo va hacia un solo objetivo: La salvación de las almas.

Cuando consideramos la obra gigante que realizó Moisés a favor de su pueblo, llegamos a la conclusión de que estaba dotado de un fuerte espíritu pastoral. Sólo un gran amor hacia las almas puede soportar tanto…

Mucho pudiéramos hablar de Samuel, de David y de los profetas los cuales mostraron una ardiente y amorosa pasión hacia su pueblo. Fueron los grandes intercesores del Antiguo Testamento.

Cristo vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Así lo afirmó él cuando los discípulos querían hacer que descendiera fuego sobre una ciudad de Samaria. Por amor a las almas nació en el rústico pesebre, se crio en el insignificante pueblito de Nazaret, predicó su doctrina, oró por los enfermos, bendijo a los niños, multiplicó panes y peces, se enfrentó a la turba asesina, subió al Gólgota, derramó su sangre y dio su preciosa vida. todo eso y más por la salvación del hombre.

Cuando nos llamó por amor, quiso que nosotros sintiéramos ese amor puro y desinteresado por los demás. He ahí la obra misionera por excelencia. Quien piense en la salvación de las almas tiene mentalidad de profeta y sentimientos de apóstol.

-Luis Cruz Lara

No hay cosa más sublime ante los ojos de Dios,

que el alma de los hombres.