- EL QUE TEME SIEMPRE TEME
¿Y te habías percatado de que cuando le temes a algo de verdad no te importa de qué tamaño ni a qué distancia está? Simplemente le temes. Qué bueno sería que manifestáramos el mismo temor hacia las cosas de Dios. Que cuando se trate de obedecer sus mandamientos, de respetar sus estatutos, de ser responsables en guardar lo que Él tiene establecido, temiéramos siempre, sin importar lo pequeño o grande del mandamiento. Creo que Dios, cuando nos ve temiéndole a una pequeña rana al punto de desmayarnos y tan ligeros ante el cumplimiento de las disciplinas establecidas, siente un poco de descontento. No es justo hermanos. Creo que Dios merece que seamos de esos que le teme de verdad y que, por tanto, siempre teme.
- CUANDO ERES BENDECIDO PIENSA EN BENDECIR
¿En qué es lo primero que piensas cuando eres bendecido? En los mejores casos se piensa en agradecer a Dios, otros en comentarle a alguien más lo que han recibido. No obstante, muchos automáticamente piensan en guardar lo que les fue dado, y en el peor de los casos, su bendición les hace recordar las deudas que otros tenían con ellos. Como el deudor de la historia que contaba Jesús, van presurosos a cobrar la deuda. Pero muy pocos piensan en usar lo que les fue dado para bendecir a otros. Debemos comenzar a hacer diferente y tratar de compartir lo que tenemos en virtud de bendecir a otros de la misma manera que fuimos nosotros bendecidos. Comienza cuanto antes y verás que no cesa el fluir de bendiciones a tu favor, porque el secreto para tener es dar. Así pues, mi hermano: cuando seas bendecido, piensa en bendecir.
- QUE DIOS SEA EL PRIMERO EN SABER TUS PREOCUPACIONES
Las preocupaciones son cosas de las que todos sabemos. Nos visitan, a veces, y suelen devastar nuestra vida. La mayoría de las personas atormentadas por las preocupaciones, de inmediato buscan a sus amistades o familiares más cercanos, al menos para desahogarse aunque no puedan hacer otra cosa. Hoy te voy a dar una recomendación: que el primero en saber tus preocupaciones sea Dios. Si haces eso, probablemente cuando te cuentes a otros les contarás de lo que te preocupó y cómo Dios fue tu libertador. Sí, hermano, porque Dios no solo tiene la capacidad de escucharte, sino de sacarte del pozo de la desesperación. Así que la próxima vez que algo te preocupe, echa sobre Dios tu ansiedad porque Él tiene cuidado de ti; sean conocidas esas preocupaciones delante de Él en toda oración y verás que la preocupación se convertirá en una experiencia pasada.
- HOY YA NO BASTA CON DECIR “GRACIAS”
La realidad de hoy está siendo esta: Quien te hace un favor, está esperando algo más que un simple y sincero gracias. Así están los médicos, los maestros, el vecino que te ayudó y, lamentablemente, también está el hermano que sabe, como tú, que hacer el bien es un deber. Lo peor no es tanto cuando eres tú quien recibes el favor y tienes que dar algo más que un “gracias”, lo peor es cuando eres tú quien haces el favor y esperas algo más. Y eso, mi hermano, te coloca en la lista de personas interesadas y mal vistas por Dios, a las que hoy no les basta con un “Gracias”. Si tienes la capacidad de reconocer que esto es cierto en ti, avanza hacia el cambio y sé como Jesús quien, cuando aquel leproso curado vino a darle gracias, no le exigió nada más. Tienes la oportunidad de ser diferente a como es esta sociedad a la que no le basta con el “Gracias”.
- ¿ESTÁS PREPARADO PARA EMERGENCIAS?
Cuando Jesús se enfrentó al hijo endemoniado y dijo: “este género no sale si no es con ayuno y oración” y acto seguido lo sanó, significa que ya había ayunado y orado. Sin embargo, nosotros cuando nos enteramos de una situación decimos: “vamos a orar y a ayunar esta semana y luego hacemos la sanidad”. ¿Qué significa esto? Significa que no estamos preparados para las emergencias, para las cosas que aparecen de repente, significa que nuestra vida de ayuno y oración no es la más saludable, significa que vivimos con las lámparas medio apagadas, que solo nos alineamos cuando aparece una situación de emergencia. Esto está mal porque la Biblia nos insta a estar siempre preparados, siempre listos. ¿Ya imaginaste qué sucederá si Jesús aparece en nubes de gloria y simplemente no estás preparado? Es mejor no imaginar; actuemos, seamos sensatos y preparémonos ya, y así permanezcamos siempre.
- DIOS PROVEERÁ
¿Crees esto? ¿De verdad lo crees? ¿Te mantienes creyendo cuando lo que tenías en casa está a punto de acabarse y no ves cómo volver a alcanzarlo? Dios quiera y lo creas siempre porque esta frase es una realidad. La viuda de Sarepta lo puede atestiguar: justo cuando se disponía a elaborar lo último que tenía en casa, Dios mandó la provisión de manera abundante. Lo puede decir también el pueblo de Israel al que la escasez no lo pudo visitar porque Dios proveyó para ellos siempre. Y si te pones a analizar bien, también tú puedes decirlo porque estoy segura de que, si te has mantenido en fidelidad a Dios, Él ha provisto para ti y hasta para los tuyos como lo dice la Santa Palabra: “No he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan” (Salmo 37: 25). Así que calma y mucha paciencia porque Dios nunca desamparará a sus hijos fieles que esperan día y noche en su misericordia.
- ESTÁS PAGANDO UNA DEUDA
A veces, cuando somos fieles y algo no sale bien en nuestra vida, decimos o pensamos: “no sé por qué me sucedió esto a mí si yo…” y se nos olvida una verdad tremenda: la fidelidad que alcancemos, aún no paga lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. No se trata de que Dios debe hacernos bien porque somos fieles y nos portamos correctamente. Somos nosotros los que estamos en deuda, somos nosotros los que nunca podremos pagar la deuda de la cruz. Así que lo más sabio que podemos hacer es no reclamar nada porque al final, si analizamos bien, además del sacrificio en el Calvario, Dios nos ha venido dando mucho más incluso de lo que merecemos. Elimina, por tanto, de tu vocabulario esas frases incoherentes: “¿por qué yo?, ¿por qué a mí?”, y continúa siendo fiel porque motivos tienes para eso.
- OCÚPATE DE TU HERMANO
¿Cuántas veces has pasado de largo luego de ver cómo tu hermano cayó en manos de ladrones? Quizá para justificarte digas: “Nunca he visto a nadie que haya caído en manos de ladrones”. Mi hermano, ¿no sabes que el peor ladrón es el diablo que, como dice la Palabra, ha venido para hurtar, matar y destruir? ¿No sabes que cuando él logra atrapar a un hermano tuyo, lo despoja de su felicidad, le hiere los sentimientos y la vida misma y lo deja medio muerto? ¿No sabes que tu deber es ocuparte de él como lo hizo el buen samaritano? Si simplemente pasas de largo y lo abandonas, darás cuenta a Dios por no socorrer al desvalido. Tú más bien acércate presto y ofrécete a vendar todas sus heridas, tu papel ahora no es indagar qué pasó ni por qué pasó, lo urgente y por atender es su salud. No lo dejes hasta que esté completamente recuperado. De seguro él se sanará y tú serás bienaventurado pues en el día malo, Dios se acordará de ti. Así que ya sabes, manos a la obra: Ocúpate de tu hermano.
- DE TODAS FORMAS ORA
No sé si te ha pasado, pero muchas veces nos enteramos de la enfermedad o problema de una persona cualquiera y llegamos a nuestros hogares y hacemos comentario de ello, incluso a manera de lamento; pero por lo general nos quedamos ahí, no damos ni un paso más. Sin embargo, si se trata de un hermano o familiar, generalmente oramos alguna que otra vez por su situación. La invitación que te hago hoy es que incluyas no solo en tus comentarios la situación de tu prójimo que cayó en desgracia, sino también en tus oraciones. No importa que no sea cristiano, no importa si no te lo había pedido, al final tampoco te pidió que te lamentaras por él. Date cuenta que lamentarte o comentar no resolverá mucho, pero orar puede cambiar la situación. Los de Sodoma y Gomorra no sabían de la intercesión de Abraham, pero a causa de ella Dios se acordó de Lot y su familia y al menos ellos fueron salvos de la destrucción. Así que la próxima vez que sepas de alguien que esté pasando por algún proceso difícil, hazle el favor de hablarlo con tu poderoso Dios, quizás esa sea la solución a su problema. Menos comentarios y más oración.