25 – ENERO
Matutina: Salmo 96
Meridiana: Salmo 3
Vespertina: Apocalipsis 4:8-11
¡ME ENCANTA ALABARLE!
La adoración al Dios Omnipotente es algo esencial en la vida del creyente. Los verdaderos adoradores son los que le adoran en espíritu y verdad, y esos son los que crecen espiritualmente.
Es uno de nuestros deberes sagrados perfeccionarnos en alabanza, alabarle cada día, no solamente por lo que Él hace en nuestra vida personal, sino sobre todo por lo que Él es; por su ser, por su carácter y por sus obras.
“Santo, santo, santo, el Señor Dios Todopoderoso que es y que era y que ha de venir”. El majestuoso himno basado en estas palabras fue escrito hace aproximadamente 170 años por un ministro anglicano llamado Reginald Heber, y es todavía uno de los himnos más frecuentemente usados en nuestra adoración al Creador, creo que lo debemos usar en la búsqueda de una perfecta alabanza. Cuando el enemigo de nuestras almas quiera desalentarnos llenándonos de soledad, de contradicciones y de dudas, alcemos nuestra mirada al cielo, contemplémosle a Dios por medio de la fe y veremos cómo los ángeles, querubines, serafines y todo el ejército celestial rinde adoración verdadera al Todopoderoso que es santo por los siglos de los siglos.
-Liccy Fuentes
Nuestra alabanza refleja la profundidad de nuestra relación con Dios.
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