31 – ENERO
Matutina: 1 Corintios 12:1-11
Meridiana: Salmo 3
Vespertina: 1 Hebreos 2:2-4
RENOVANDO FUERZAS
Cuando Lázaro enfermó, sus hermanas mandaron a llamar a Jesús diciendo: “Señor, he aquí el que amas está enfermo”. Él atendió al llamado, pero no de la manera que ellas esperaban; contestó permaneciendo dos días más en el lugar donde estaba y dejando a Lázaro morir, para después levantarlo de los muertos y darle la gloria a Dios.
Algo parecido le sucedió a Pablo, a quien le fue enviado un mensajero de Satanás para abofetearle e impedir que se ensalzara sobremanera. Él presentó su necesidad ante el Señor en tres ocasiones implorando que fuera quitado ese aguijón en su carne. ¿Fue contestada su oración? Sin duda, mas no como había deseado. El aguijón no fue quitado, pero le fue dada gracia para soportarlo; la carga no fue retirada, pero le fue concedida fortaleza para llevarla.
¿Cuándo Dios contesta las oraciones de sus hijos? Siempre lo hace, no existe tal cosa como las oraciones no contestadas. El problema está en nuestra arrogancia al exigir la forma de solucionar el problema, queriendo que acontezca exactamente como pedimos. El deber del hijo de Dios es presentar su causa, esperar con paciencia y confiar en la voluntad soberana, la cual le guiará hacia el mayor bien posible
-Eliudel González
Él no miente cuando dice: “Clama a mí, y yo te responderé”.
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