7 – FEBRERO

Matutina: Hechos 2:36-42

Meridiana: Salmo 2

Vespertina: Hechos 8:5-8

ANHELO DEJAR MI HUELLA

Una vez leí un escrito que decía, “El hombre que, al pasar por este mundo, no ha sembrado un árbol, ha escrito un libro, ha tenido un hijo no ha dejado su huella”.
Yo personalmente he sembrado varios árboles, he escrito tres libros y tuve ocho hijos. Tal vez tú dirás, no has dejado una huella, has llenado el mundo de huellas. Pero déjame decirte que esos no son los anhelos más ardientes de mi alma. Ya casi voy de retirada en este mundo de dolor, estoy pisando los umbrales de mis ochenta años y sesenta y uno de ellos los he dado al Maestro en su servicio.
Pero ni aun así, siento que he dejado una verdadera huella para ser recordada. No creo que sembrar árboles, escribir libros, criar grandes familias sean maravillas tales dignas de ser recordadas. Ganar almas es la cumbre. Esa es la verdadera huella que debe un cristiano dejar antes de partir de este mundo. De nada nos valdrá haber sembrado bosques enteros, escrito enciclopedias, multiplicado la especie sino hemos ganado un alma para Jesús.

-Minerva G. Acanda

Esa es la más hermosa y gratificante de las huellas
que podemos dejar, y es por ellas que lucho y espero.