8 – FEBRERO
Matutina: 1 Samuel 25:2-35
Meridiana: Salmo 2
Vespertina: Lucas 10:25-37
EL ACEITE SANADOR
Desde tiempos antiguos, el aceite ha sido algo valioso con muchos usos beneficiosos, pero hoy quiero referirme al uso que se le daba para sanar heridas y curarlas en la antigüedad. Cuando Abigail preparó todos aquellos alimentos y fue a encontrar a David para evitar aquel derramamiento de sangre, sirvió de aceite suave y fresco que restañara la profunda herida que la avaricia y la maldad de su esposo había hecho en el buen juicio y carácter de David. Si aquella mujer no hubiera actuado en esa forma tan inteligente, hasta ella misma habría perdido la vida.
¡Si en cada ocasión de la vida en que se suscitan problemas y hay heridas pudiéramos ser como el aceite sanador para ayudar a cicatrizar al que herido gime de dolor! No ahondes la herida, no hurgues en ella, viértete suavemente con dulces palabras de cordura y amor. Sé el aceite fresco y oloroso que suaviza y comienza el lento y, a veces, difícil proceso de la cicatrización.
-Judith Stone
Ya somos vasos, pidamos a Dios que nos mantenga llenos de su aceite
fresco para ser bendición y sanidad entre nuestra hermandad.
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