DE LOS POSTREROS DIAS.

El 15 de septiembre de 1939 sale a la luz por primera vez en Cuba la revista El Mensajero de los Postreros Días, teniendo como fundador a Ernest William Sellers, más conocido como Apóstol Dady John. Es el Órgano Oficial de la Iglesia Bando Evangélico Gedeón en Cuba, reconocida internacionalmente como Iglesia Evangélica Internacional Soldados de la Cruz de Cristo. En varias etapas de trabajo, han aparecido en sus páginas diversos artículos y escritos relacionados con el quehacer de la membresía en la Isla. Actualmente, su consejo editorial lo integra el Director de la Iglesia en Cuba, Eliezer Simpson Jackson, como su presidente; Eric Adrián Pérez González en la corrección y edición y Yosbel Mayola Lugo y Sergio O. de la Cal Cruz, como diseñadores. A continuación iremos publicando los Mensajeros…que comenzaron a salir en la nueva etapa a partir del 2010.

Editorial
El proyecto de  la nueva revista ―El Mensajero de  los Postreros Días, comenzó a gestarse en el año 2010, en La Lisa, La Habana. La idea de rescatar la más antiguae  importante  publicación  de  la  iglesia  fue  del  superintendente  Eliezer  Simpson Jackson. Este propósito se ha concretado con los recursos de la Oficina Central, y la cola-boración de algunos hermanos y amigos de la obra del Señor; pero sobre todo conla ayuda del Autor Divino. Les presentamos una revista con un perfil  instructivoinformativo. La  principal  herramienta  para  su  confección  ha  sido  la  fe. Por  ellatambién esperamos mantener la publicación con una periodicidad bimestral. Nuestros lectores tendrán a su disposición  temas bíblicos e históricos; novedadescientífico-técnicas;  una  sección  dedicada  a  testimonios  y  mensajes  del  EspírituSanto. Además dedicaremos un espacio para los niños, para que El Mensajero seatambién la revista de ellos. Los primeros ejemplares son para nuestras congregaciones en el país; sin embargoel proyecto a  largo plazo prevé una producción que rebase  los  límites de nuestrainstitución, y pueda ser adquirida por muchas personas. Queremos que El mensa-jero retome su papel de predicador silencioso, que nos represente con dignidad, lomismo en ámbitos intelectuales como entre personas de menos nivel cultural. So-bre todo porque los dividendos que esperamos sobrepasan el valor de todo el di-nero del mundo: esperamos ganar vidas para Cristo y proveer confirmación y go-zo a los que ya han sido ganados para el Maestro. Los primeros lectores de la revista, nuestros hermanos de la iglesia, pueden espe-rar una publicación de calidad en contenido y diseño; pero nosotros esperamos decada uno de ustedes  la oración  responsable, para que  el Padre Celestial bendigaesta obra, y  la haga prosperar hasta más allá de donde pensamos. Además, pedi-mos  la colaboración de todos  los que se sientan movidos por el Espíritu para es-cribir sobre temas espirituales, ministeriales, culturales o científicos —siempre quetrasluzcan nuestra fe en el Único Dios verdadero, Creador de los cielos y la tierra.Envíennos sus trabajos a la redacción, ubicada en la misma dirección de la Oficina Nacional de la Iglesia.

EL MENSAJERO DE LOS POSTREROS DÍAS

Por el pastor Raimel Barrios

Entre lo más importante y significativo de los primeros años de nuestra  iglesia, fundada a mediados de  la década del veinte del pasado siglo, estuvo  la creación de una revista que se convirtió en el órgano oficial de la organización hasta el presente, con el nombre de El 
Mensajero de los Postreros Días.  El día 15 de septiembre del año 1939, en La Habana, salió a la luz el primer número de la publicación, editada en inglés y español, y totalmente gratis; pues era subvencionada por donaciones y ayudas filantrópicas. En ese entonces fue concebida para tiradas mensuales. La edición bilingüe se abandonó en lo sucesivo, y se mantuvo en español.
El primer número fue de solamente 6 páginas y mil ejemplares; pero en octubre ya tuvo 8 páginas y  se publicaron dos mil copias. En enero de 1941  se  incrementó hasta las 12 páginas, y en enero del siguiente año el mensajero sufrió otra transformación positiva, cuando su número de páginas aumentó hasta 16. Llegado el mes de abril de 1943, hubo otra adición y se logró imprimirlo con 20 páginas.
Para marzo de 1947 se hizo un esfuerzo extra y el mensajero pudo llegar a las 24 páginas, con un contenido variado. Para ese entonces las tiradas fueron creciendo hasta 3000 ejemplares y no mucho después pudo remontar la cifra de 5000. Todavía en ese tiempo el mensajero era distribuido gratuitamente.
Algo  curioso  fue que,  tardíamente,  en  el número  6 del  año  3,  se plantearon  los objetivos para los cuales se creó esta revista:
—Levantar el nombre de Cristo en alto.
—Llegar a  los hogares más pobres donde no había dinero para comprar una Biblia.
—Proclamar la pronta venida de Cristo.
—Enseñar la doctrina.
— Ser portavoz del Obispo para que su mensaje llegara al pueblo.
 La revista se producía con un papel de baja calidad. Debe recordarse que se regalaba y se subvencionaba con donaciones y ofrendas. Sus secciones eran encabezadas con dibujos que no tenían la calidad de otras publicaciones de la época.
La ortografía y  la sintaxis dejaban mucho que desear, debido a que  la  lengua materna de los redactores y traductores era el inglés. No obstante, aún se puede disfrutar en ella escritos llenos de alto contenido humano e historietas que deleitan a los  lectores de cualquier edad, así como artículos de personalidades del cristianismo universal, entre los que se encontraron el príncipe de los predicadores del cristianismo moderno Charles Spurgeon,  el  fundador  del metodismo  John Wesley, Laura C. Evans, el obispo J. C. Ryle, H. C. Mc Kinney Jr,  Percey Waxman, el premio Nóbel  Alexis Carrel, George Mathew Adams, y otras eminentes figuras.
Con los números de noviembre y diciembre de 1948, se abrió una nueva era en la revista.  Las  ofrendas  que  posibilitaron  su  salida  durante  años  habían mermado mucho, y para mantenerla como material de prédica, decidieron venderla al precio de diez centavos el ejemplar.
Algunas direcciones donde  se  imprimían  las  revistas  fueron: Fiallo  y Hermanos, calle Habana No 617 en La Habana; Imprenta Martín, calle Real No 22, Marianao, La Habana; y tipografía Clipper,  localizada en San Miguel No 314, también en La Habana.
Conservar los ejemplares de las primeras ediciones de la revista es invaluable. Es la fuente  principal  que  poseemos  para  reconstruir muchos  aspectos  de  la  vida  de Daddy John, el fundador de la obra, y de su pensamiento teológico.
En el año 1989, el finado obispo Buenaventura Luis, concluyó el difícil trabajo de reunir  todos  los números del Mensajero, desde  su  fundación hasta  la muerte de Daddy. La tarea fue muy ardua debido al deterioro de los originales. Gracias a este esfuerzo contamos hoy con casi  la  totalidad de  la  revista, excepto algunos pocos números que le fue imposible al obispo conseguir.