Ernest William Sellers (Daddy John) (1922-1953)

El fundador de la Iglesia Soldados de la Cruz de Cristo respondía al nombre de Ernest William Sellers. Nació el 30 de agosto de 1869 en la pequeña comunidad de Stockton, perteneciente al Condado Portage en Wisconsin, Estados Unidos.

El clima religioso que rodeó la infancia del fundador fue altamente positivo y profundo en cuanto a la devoción e integración a la Iglesia. En el seno de la familia convivían varias tendencias denominacionales; pero desde su mayoría de edad, Ernest se inclinaría por el metodismo. En sus años de juventud logró construir su propia familia y convertirse en un comerciante emprendedor, a la vez que mantenía firmes compromisos con la asociación religiosa Gedeones Internacionales, por medio de lo cual contribuía en la divulgación del Evangelio.

Por razones desconocidas, Ernest se separó de su esposa Ellen Louisa Dowsett -con quien se había casado en 1890- y se establecerse definitivamente en Cuba en el año 1922, en cuya capital fundó un comercio de relativa importancia. Su vida particular en esa época era difícil. Pese a que su solvencia se correspondía con la de la clase media, estaba delicado de salud, pues con el pasar de los años se había agravado su padecimiento de la columna vertebral, debido a una caída que había sufrido por accidente cuando solo contaba con 16 años de edad.

Con la llegada del año 1924 tomó curso nuevo la vida de Ernest William Sellers, pues desde los Estados Unidos llegó un misionero llamado George Smith; un predicador independiente de origen pentecostal, a quien Dios había enviado con el fin de encomendarle a un hombre la misión de predicar en Cuba. Este siervo de Dios, estando ya en La Habana, en uno de sus recorridos por las calles de la ciudad, pasó frente al establecimiento de Sellers y sintió vibrar todo su ser. Entró al lugar y al ver a Sellers, tuvo el testimonio del Espíritu Santo de que este era el escogido, así que le presentó el mensaje que Dios le había dado.

George Smith pasó cuatro meses discipulando a Ernest. Un evento dramático tuvo lugar el 2 de julio de 1924. La marcada y dolorosa desviación de la columna vertebral de Sellers, con sus derivados problemas, desapareció para siempre a causa de la Sanidad Divina. Pero ese no fue el único acontecimiento trascendente que marcaría el encuentro de estos dos hombres de Dios: el 8 de junio del mismo año, Ernest fue lleno de Poder de lo Alto cuando recibió la Promesa del Espíritu Divino.

Una vez concluida la misión que Dios le había encargado, Smith regresó a los Estados Unidos. Luego de su partida, Ernest cerró el negocio y emprendió un largo viaje de prédica con el fin de fundar la nueva Iglesia que más tarde denominaría Bando Evangélico Gedeón. Sus bienes se repartieron en obras de caridad y se utilizaron para la evangelización. En aquellos tiempos en que se inició la prédica por nuestro país, eran muchos los milagros y decenas los agradecidos por la Obra que Dios hacía a través de su siervo, a quien todos comenzaron a llamar Daddy John, debido a una orientación divina revelada por Dios a la conocida “Hermana Sara”, por medio de la cual el Señor pedía que “Juan” fuera el nuevo nombre del fundador.

Al principio, la prédica solo llegaba, por cuestiones del lenguaje, a algunas personas de habla inglesa, quienes fueron los primeros misioneros. Sin embargo, el 16 de marzo de 1929 el fundador dio su primer mensaje a una congregación de habla hispana, interpretado por la hermana Muriel, lo cual dio grandes resultados. Rápidamente se llevaron a cabo los pasos pertinentes para la formalización de la nueva Iglesia. Daddy, haciendo las gestiones necesarias, dio cuerpo legal a la institución ante el Gobierno Provincial de La Habana el 25 de marzo de 1930; a partir de ese año la Iglesia dirigida por él cobraría un impulso extraordinario.

El 4 de junio de 1935, en Matanzas, justo al año y 14 días de su viudez, Daddy John contrajo matrimonio con Muriel Constans Alwood, quien había sido su traductora hasta ese momento, y continuaría siéndolo, pues Daddy nunca habló el español. De esta unión quedaron dos hijos que alegraron la senectud del fundador.

Entre lo más importante y significativo de aquellos primeros años en el accionar de la naciente Iglesia, estuvo la creación, por parte del fundador, de una revista que se convirtió en el órgano oficial de la institución hasta el presente, con el nombre El Mensajero de los Postreros Días, y el seudónimo “El predicador silencioso”. En ella se daban a conocer temas doctrinales y administrativos, al igual que un constante mensaje de evangelización, santidad y confirmación para los nuevos creyentes.

Desde los inicios de la Iglesia, el fundador estableció un sistema de graduación entre cada uno de los miembros, razón por la que, hasta 1947, Daddy se tituló Obispo de la Iglesia. Sin embargo, en la Conferencia General de mayo de ese mismo año, el fundador dividió el país en tres diócesis para mejorar la organización y administración de la Isla, nombrando un Obispo al frente de cada región, quienes debían dar cuentas a él de sus respectivas gestiones. De este modo, Daddy comenzó a ser llamado “Apóstol” al estar por encima de todos en jerarquía.

En el año 1950 Daddy John, viendo la necesidad de llevar el mensaje al resto del mundo, envió misioneros a México y Panamá, donde la Iglesia fue establecida. Para ese entonces el fundador se encontraba en plena senectud, su vida estaba transitando por la octava década y su salud flaqueaba, aunque su mente se mantenía lúcida. La obra que el Espíritu Santo le había encomendado gozaba de plena lozanía. El Evangelio por él predicado había encontrado cabida en muchos corazones dispuestos a seguir a Jesucristo.

Después de haberse dado intensamente a la proclamación de la Palabra en Cuba y el extranjero, con más de 30 años sirviendo a tiempo completo, pasó al descanso eterno. Contaba al fallecer con la edad de 83 años. Antes de morir tuvo la satisfacción de ver el fruto de su esfuerzo, dejando en Cuba una Iglesia bien organizada, con cientos de misioneros voluntarios desplegando sus actividades en todo el territorio nacional, en México y en Panamá.

Sus restos descansan hasta hoy en el cementerio de la localidad de Bauta, provincia Artemisa, Cuba.

Ángel María Hernández Esperón (1953-1961)

Ángel María Hernández Esperón nació el 11 de enero de 1900, en el poblado de San Antonio de Río Blanco, muy cerca de Jaruco, antigua provincia de La Habana, actual Mayabeque. Era un hombre de procedencia campesina, de mediana estatura, de ojos claros, de rasgos finos, de complexión fuerte, aunque con el paso de los años fue debilitándose. Su compañera en vida se llamó Toribia Amate y con ella formó una numerosa familia.

En el municipio de Guanajay, mientras trabajaba como arrendador de una finca llamada San José, tuvo un encuentro con Dios a través de la prédica del Apóstol Daddy John, quien lo bautizó en el río Capellanías, el 9 de agosto de 1937. Ángel María hizo voto como misionero el 26 de septiembre de 1940. El 4 de noviembre de ese mismo año, dejó todas sus pertenencias para servir a Dios y a la Iglesia en la localidad de Cascajal. El 10 de abril de 1941 en Jovellanos, provincia Matanzas, durante unos cultos de espera en la promesa del Espíritu Santo fue bendecido por Dios. Su mensaje dice así:

Solo los de limpio corazón verán a Dios. Solo los fieles discípulos pueden ser mis discípulos. Solo los siervos obedientes pueden ser usados, solo los tales pueden retener el don. Solo al siervo fiel llamaré mi amigo, solo los amigos fieles, de confianza, serán adoptados como hijos. Solo los hijos amantes que vencen al mundo serán nacidos de Dios, aceptados, sellados, salvados, no pueden pecar más, moran en mí y yo en ellos. Mi gloria.

Rápidamente fue ascendido en jerarquía dentro de la Iglesia hasta alcanzar en unos pocos años el grado de Obispo, el día 6 de mayo del 1947 en una Conferencia General celebrada en Cabaiguán, antigua provincia de las Villas. A partir de entonces, desplegó sus actividades al frente de la diócesis del Occidente y Centro hasta 1951, fecha en que fue nombrado Obispo en Gran Escala y Embajador Especial del Apóstol Daddy John. El mismo año asumió la dirección de la Campaña de Evangelización y Sanidad Divina número uno de la Iglesia. Tras el facellecimiento del fundador 24 de febrero de 1953, y según lo orientado por su antecesor Ángel María Hernández es nombrado director de la Iglesia.

Durante su apostolado, en el ámbito nacional, Ángel María le dio a la Iglesia una nueva imagen constructiva. Se edificó un salón de conferencias en la ciudad de Colón, se reconstruyó la Escuela Preparatoria de Discípulos, y se repararon varios templos del país. Puso énfasis especial en la expansión de la obra en diferentes regiones del mundo; de modo que durante su gestión, se establecieron obras en Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Estados Unidos y Chile.

En el aspecto espiritual, este fue un tiempo de largos ayunos, de exitosas campañas evangelísticas, santidad y disciplina, y de una búsqueda espiritual constante, con evidencias de la dirección absoluta y el respaldo de Dios en la Obra. El Apóstol Ángel María Hernández fue un hombre extremadamente santo. No hubo hermano afligido, enfermo, necesitado, que él no socorriera.

El 11 de junio de 1960 durante la Conferencia General, al final de su sermón declaró públicamente que estaría solamente un año más con la Iglesia. Dios le había mostrado su propia muerte, la cual se llevó a cabo, como dijo, un año más tarde. Después de asistir a una Conferencia celebrada en Boma, Baracoa, falleció, el 27 de diciembre de 1961, en Playa de Baracoa, a la edad de 61 años. Sus restos descansan junto a los del Apóstol Daddy John en el municipio artemiseño de Bauta, Cuba.

Arturo Rangel Sosa (1962-1966)

Arturo Rangel Sosa nació en Aguada de Pasajeros, hoy provincia de Cienfuegos, el 20 de agosto de 1920. Físicamente Arturo era de alta estatura, trigueño, de bigotes, con un cuerpo fuerte sin llegar a ser grueso. Se decía de él que era muy optimista, alegre, jaranero, pero con altas dosis de seriedad; era valiente y arrojado. Junto a su hermano mayor eran dueños de un café en el Cerro, y es en este lugar donde escuchó por primera vez el mensaje de salvación.

Fue bautizado por Roberto Mondéjar, en el poblado del Nazareno, La Habana, el 13 de abril de 1947. Casi inmediatamente después, el 7 de junio, se incorporó como discípulo y algunos meses después, el 12 de febrero de 1948, fue levantado con la promesa del Espíritu Santo en unos cultos de espera celebrados en Playa Baracoa. Su mensaje fue interpretado por el Apóstol Daddy John y dice así: “Es tiempo de que todos cambien. El tiempo no será más. Es tiempo de morir al yo”.

Casi 20 días después, el 2 de marzo, dio el voto de Soldado de la Cruz y Maestro. A partir de ahí, comenzó a forjar una preciosa cadena de amor y sacrificio por la Obra de Dios. Instalado como misionero, es asignado como pastor para las misiones de Charco Largo, hoy San Francisco, y Socorro, en la provincia de Matanzas. Allí contrajo matrimonio con Migdalia Coto, del fruto de esta unión nacieron cinco hijos.

De la ciudad de Matanzas salió para establecer la Obra en la Isla de la Juventud. En esos menesteres se hallaba cuando recibió de la Oficina Central la orden para fundar la Obra en la República de Panamá, así que, dejando su familia en Cuba, el 21 de agosto de 1950 partió. En aquel país comenzó una gran tarea de fe, esfuerzo y valor que dio grandes resultados. Fue adelantado al grado de Obispo en la Conferencia celebrada en 1957 y tres años más tarde es ordenado Obispo en Gran Escala.

Cuando murió el Apóstol Ángel María Hernández, la Iglesia en pleno comenzó a ayunar y orar para que Dios revelara quién sería el próximo director de la Iglesia. El Señor no tardó en dar el testimonio esperado: Arturo Rangel llevará el brillo de esta Iglesia. Arturo respondió positivamente al llamado del deber y fue nombrado Apóstol de la Iglesia el 22 de febrero de 1962.

En su labor apostólica se aprecia la importancia que él le dio a la propaganda cristiana, con la tirada récord de 250 000 ejemplares en los meses de noviembre y diciembre de 1962 de la revista El Mensajero de los Postreros Días. Editó el Manual de la Iglesia y estableció una imprenta propia en Panamá para la tirada de El Mensajero y del Heraldo de la Juventud.

A causa de las dificultades que se fueron creando en Cuba, el Apóstol Arturo Rangel comenzó a planear el cambio de la Oficina Central para Estados Unidos, proyecto que no pudo realizar, pues el día 17 de agosto del año 1966 salió de la Oficina Central rumbo a la ciudad de Matanzas, destino que nunca alcanzó; con él viajaban su hermano, el Obispo José Rangel y el Evangelista Eliodoro Castillo. Hasta el momento, no se ha tenido conocimiento de lo sucedido. Su desaparición física consternó a toda la feligresía, llenándolos de tristeza y dolor, pero su obra sigue viva, y aunque no exista una tumba donde descansen sus restos mortales, allá en el istmo que separa el continente americano, en su Panamá querida, frente al majestuoso templo de los Soldados de la Cruz en La Chorrera, hay un sobrio y hermoso monumento que perpetúa la memoria de un hombre que, como el Apóstol Pablo, cruzó fronteras llevando el mensaje de Jesucristo.

Samuel Mendiondo García (1966-1987)

Samuel Mendiondo García, nació en la provincia de Matanzas, Cuba, el 31 de marzo de 1926. Fue hijo de Eusebio Mendiondo y Eustaquia García, quienes prometieron dedicarlo al Señor unos siete años antes de su nacimiento, y como el profeta bíblico del Antiguo Testamento fue nombrado “Samuel”. Sólo contaba con la edad de nueve años, cuando una misionera del Bando Evangélico Gedeón visitó su hogar, desde ese tiempo abrazó la fe de esta Iglesia y al cumplir doce años fue sumergido en las aguas del bautismo en el río San Juan, en la ciudad de Matanzas, el día 4 de octubre de 1938. Nueve años más tarde, el día 3 de septiembre de 1947, se casó con la joven miembro de la Iglesia, Francisca Fernández, de cuya unión nacerían dos hijos. Ocho días después de casarse, junto con su esposa, dio su voto como discípulo de Cristo.

El 19 de agosto de 1948 en un culto de espera dirigido por el entonces oficial de la diócesis oriental, Obispo Ángel Hernández, el Señor se dignó en bendecirlo con el don del Espíritu Santo. Dice así su mensaje: “La verdad tiene que ser predicada; el mundo será reprendido; los días del fin se acercan, arrepiéntanse y anden honestamente o perecerán. Amén”.

Su carrera eclesiástica fue rápidamente en ascenso, en noviembre de 1948 fue ascendido a Soldado de la Cruz y en enero de 1949 obtuvo el grado de Maestro. Así fue creciendo, hasta que, en la última Conferencia celebrada por el Apóstol Ángel María Hernández, en Colón, provincia de Matanzas, el día 10 de junio de 1961, fue ascendido al grado de Obispo.

Debido a las dificultades que se fueron creando en Cuba, la Iglesia decidió trasladar la oficina central hacia los Estados Unidos. Con ese fin, partió el Obispo Samuel Mendiondo con su esposa y su hijo menor, el 27 de febrero del 1968. A su llegada tuvieron que hacer proezas para establecerse, pero gracias a la pujanza, el valor de él y de quienes lo acompañaron en esta tarea, la Obra llegó a triunfar.

En los Estados Unidos comenzó la expansión. Por aquellos años la Iglesia era dirigida por una Junta de Obispos, al frente de la cual llegó a estar Mendiondo. Se adquirieron algunas propiedades y se estableció la primera Oficina Central en la ciudad sureña de Tampa, Florida. Tiempo después pasó a Miami buscando la expansión de la fe. En este último lugar, próximo al Centro de la Ciudad se estableció forma definitiva la administración de la Iglesia. Durante la primera Conferencia Internacional celebrado el 14 de mayo de 1971 en Tampa, Samuel Mendiondo es ascendido al grado de Arzobispo.

Durante este tiempo, la Iglesia internacional fue reorganizándose y fortaleciéndose en los países donde estaba fundada, y expandiéndose incluso por países europeos, adonde fueron enviados numerosos misioneros. En casi todos los lugares donde la Iglesia estaba representada se construyeron preciosos templos y casas pastorales.

En el año 1987 los Arzobispos Florentino Almeida y Samuel Mendiondo recibieron ordenación a Apóstol y ese mismo año, el 14 de octubre, falleció Samuel. Además de su testimonio fiel, la vida de Mendiondo se destacó por su virtud, humildad y amor. Fue conocido por tener siempre una palabra de aliento para sus hermanos y compañeros en la fe. Su total devoción y dedicación son merecedoras de reconocimiento entre los santos. Este siervo de Dios dejó en su legado una estela de huellas con un testimonio intacto.

Florentino Almeida Morales (1987-2000)

El Obispo Florentino Almeida nació en la provincia de Matanzas, Cuba, el 16 de octubre de 1927, en el lindo valle de Guamacaro, término municipal de Limonar. Cuando Florentino era pequeño su familia se convirtió al Señor a través de la predicación de un misionero llamado Lucas Ponce Frías. A la edad de 12 años, en 1939, fue sumergido en las aguas del bautismo en la localidad de Cabaiguán. En su juventud trabajó de dependiente en una bodega hasta que en 1948 lo dejó todo para servir al Señor y a su Iglesia, firmando como misionero de la iglesia.

Por varios años, desde 1949, ocupó el cargo de secretario de la Iglesia y llegó a ser administrador en la Oficina Central en Playa de Baracoa. Su vida ministerial fue muy activa, llegando a organizar y dirigir por 18 años la Juventud Internacional.

En 1952 fundó la revista Heraldo de la Juventud, cuya primera edición salió a la luz el 1 de mayo. Fue un campañista incansable; junto a su esposa Mirtha Rodríguez visitaba las distintas localidades del país ayudando en lo que fuera necesario. Trabajó de manera especial con los niños. El último pastorado que atedió de manera directa fue el de localidad de Garrido en la región centro oriental de la Isla, esta misión se extendió durante 5 años aproximadamente, desde lugar dirigió además la Diócesis Oriental hasta que se unió a Samuel Mendiondo en la Junta de Obispos al frente de toda la Iglesia.

Partió hacia los Estados Unidos en busca de la ampliación y mejor desarrollo de la Obra, y allí en Conferencia General celebrada en 1971, en Tampa, fue ascendido al grado de Arzobispo.

Florentino estuvo al frente de la Iglesia desde el año 1966 hasta el 2000, 21 años en la junta con el Apóstol Samuel Mendiondo y luego 13 como único director de la Iglesia. Fue durante la extensa dirección de estos hermanos que se modificó el nombre de la Iglesia, se cambiaron el diseño de las insignias, diferentes disciplinas y grados eclesiásticos. En general fue una época donde la Iglesia se incorporó a la era moderna, reflejando claramente la sabiduría y guía de Dios en estos directores.

En el año 1987 recibió ordenación a Apóstol.

Después de la muerte de Samuel, Florentino tuvo en sus manos por más de una década la dirección de la Iglesia. Durante estos años fue constante el envío de misioneros a nuevas regiones del mundo para la consolidación y expansión de la Obra. En la década del noventa se comenzó a publicar mensualmente el primer devocionario oficial de la Iglesia, bajo el nombre Mesa de Fe.

A inicios de 1989, Florentino comenzó a dar forma a un Reglamento Interno que procuraba el establecimiento de un Concilio Superior de gobierno y que plantaría las bases para que el cargo de Apóstol no fuera vitalicio. Dicho reglamento tuvo modificaciones en el año 1992 y entró en plena vigencia a partir del año 2000, fecha en que cesó sus funciones como director, cuando el Arzobispo Luis Cruz Lara tomó posesión de sus funciones como presidente del Concilio Superior.

La vida del Apóstol Florentino Almeida ha estado marcada por la guía del Espíritu Santo, al ser un ejemplo de valor, esfuerzo y santidad. Su legado de paz perdura hasta el día de hoy y la Iglesia lo admira por ser un hombre que ha sabido decir siempre presente al llamado de su Dueño y Señor.

Fulgencio Luis Cruz Lara (2000-2003)

Fulgencio Luis Cruz Lara nació el 1 de enero de 1935 en Guanajay. Conoció el Evangelio y se entregó a la causa de Cristo a la edad de 18 años; tres años más tarde, en 1956, recibió la promesa del Espíritu Santo. Se unió en matrimonio con Caridad Hernández Amat, de la cual tuvo cuatro hijos. En el año 1968 salió de Cuba hacia España, allí se reunió con su familia para posteriormente trasladarse a los Estados Unidos.

En el año 1998 el Arzobispo Luis Cruz Lara fue electo como presidente del Concilio Superior y Apóstol-Director, y tomó posesión de sus funciones a principios del año 2000. Después de su ascenso, el nuevo Apóstol nombró dos ayudantes en una Junta de Gobierno compuesta por los arzobispos Joel Mondéjar Rodríguez y Cecilio García Santana. Transcurridos dos años de esta nueva administración, los ayudantes fueron ordenados para el grado de Apóstoles en una decisión sin precedentes anteriores. Durante la administración de Luis Cruz, fueron construidos el templo de La Chorrera en Panamá y otros más en Centroamérica. El Apóstol promovió ampliamente la evangelización presidiendo personalmente dos campañas internacionales, una en Europa y otra en México. Dedicó grandes esfuerzos a la educación al punto de convertir uno de los templos de la Iglesia de Miami en salón de clases, con la intención de formar una Escuela Internacional de Teología. Además, fundó las publicaciones de los libros de la Escuela Sabática.

El 5 de abril del año 2002, estando Luis Cruz en medio de la campaña evangelística de México, le sobrevino un derrame cerebral que le impidió concluirla. Las primeras noticias dadas a la Iglesia internacional fueron esperanzadoras y estimulaban a la oración para que el Apóstol pudiera retomar sus responsabilidades:

El Reglamento Interno vigente en ese tiempo estipulaba que cuando faltara el presidente, su lugar debía ser ocupado en forma provisional por el vicepresidente quien, en el menor plazo posible, estaba en el deber de convocar al Concilio Superior para que se celebraran nuevas elecciones. En aquella situación se aplicó parte de este estatuto, o sea, el vicepresidente, el Apóstol Joel Mondéjar ocupó el cargo de presidente interino a finales de septiembre de 2002 y como todavía la recuperación de Luis Cruz estaba en proceso, se prefirió esperar el diagnóstico definitivo de los médicos para tomar cualquier otra decisión.

En la XXV Conferencia Internacional se llevaron a cabo con toda solemnidad y transparencia las elecciones presidenciales, siendo elegido Cecilio García Santana como nuevo Apóstol-Director y presidente del Concilio Superior, recibiendo la investidura apostólica el sábado 3 de enero de 2004. El Apóstol Luis Cruz Lara falleció en la ciudad de Miami el 24 de noviembre de 2012.

Cecilio García Santana (2004-2009)

Cecilio García nació en el municipio Sabanilla, Central Zaratoga, en Matanzas el 4 de mayo de 1939. Conoció al Señor a los 8 años por medio de la predicación de Próspero Rojas y Hemeterio Rodríguez, y fue bautizado a la edad de 13 años el 17 de diciembre de 1952. El 29 de marzo de 1958 firmó como discípulo entregando toda su vida al Salvador de su Alma. Meses después, el 19 de abril, recibió la Promesa del Espíritu Santo.

Cecilio trabajó como misionero en las provincias de Pinar del Río, La Habana y las Villas. Más tarde sería trasladado, en 1961, a Baracoa Oriente con los pastores Emilio González y Dolores Mantilla; en ese mismo municipio abrió la Obra en las montañas de Malnombre. Allí estuvo predicando 4 meses, dejó 17 miembros y fue ascendido al grado de Pastor Evangelista en la Conferencia de junio de 1962.

En 1963 se trasladó a Guantánamo. En este lugar fue encarcelado durante 6 meses por predicar la Palabra. Luego fue a trabajar como pastor al Central Socorro Saldiñas en Matanzas. Allí fue nuevamente preso por causa del Evangelio en dos ocasiones, primero junto a su hermano y más tarde con su madre. En ese mismo año conoció a Coralia Herrera, con quien contrajo matrimonio el 21 de marzo de 1965. Del fruto de esta unión nacieron Noel y Cecilio Junior.

En 1966 fue ascendido a Submayordomo y trasladado, por dos años como pastor a Colón, Matanzas, donde fundó el primer acilo de ancianos de la Iglesia. Años más tarde, el 21 de noviembre de 1968, Cecilio y su familia abandonaron la Isla rumbo a Miami, Florida, por orden de la Dirección Internacional de la Iglesia.

En la conferencia de 1971 fue asignado a dirigir la Iglesia en Nicaragua donde dejó una hermosa cosecha. En la Tercera Conferencia Internacional de 1974 fue ascendido a superintendente y 6 meses después a Obispo de la Iglesia. Durante su ministerio como Obispo fue asignado a dirigir y/o supervisar las obras de Puerto Rico, República Dominicana, Haití, México y otros países de Centro América; así como a apoyar la misión en España y a evangelizar en el continente africano, en Nigeria con grandes resultados.

En el año 2000 fue ascendido a Arzobispo y meses después a Apóstol Auxiliar de la Junta Directiva. En la Conferencia celebrada en el año 2004, Cecilio García fue elegido como Apóstol-Director de la Iglesia.

Durante los 6 años que estuvo dirigiendo la Iglesia, se desempeñó con sabiduría y poder de Dios para llevar al pueblo cristiano a puerto seguro. Con este objetivo recorrió casi todos los países de Suramérica y el Caribe y las regiones de Estados Unidos donde estaba fundada la Obra.

En mayo de 2005, estando aún en el apostolado, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para extirparle un cáncer de páncreas. Fue un periodo muy difícil, pero Dios obró el milagro, respondiendo las oraciones de la Iglesia al liberar definitivamente al Apóstol de la enfermedad.

En el año 2010, pasado su período de director, fue nombrado Ministro de Crecimiento Espiritual, y hasta hoy se encuentra activo apoyando la obra de High Sprint, donde reside.

El Apóstol Cecilio García pasó su vida construyendo templos materiales y espirituales por medio del esfuerzo físico y la predicación de la Palabra. En su pasaporte se registra la visa de más de 28 países donde estuvo llevando el Evangelio. Quienes lo conocen se emocionan al describirlo como un hombre de oración, humilde, consagrado, muy trabajador y apasionado con la Obra de Aquel que lo llamó para servirle.

Miguel Ángel Rodríguez López (2009-2019)

Miguel Ángel Rodríguez López nació el 2 de marzo de 1958 en Pueblo Nuevo, Matanzas, Cuba. El 28 de abril de 1966, cuando solo contaba con 8 años de edad, salió de Cuba junto a su familia con destino a Estados Unidos. El 28 de octubre de 1972 fue bautizado en el Bronx, Nueva York y más tarde, el 22 de febrero de 1975, recibió el don del Espíritu Santo.

El 5 de abril, menos de dos meses después de ser bautizado en el Espíritu, decidió entregar su vida por completo a la Obra de Dios dando el voto de misionero, con apenas 17 años. En la segunda mitad de la década de los setenta, Miguel se mudó a Miami y allí contrajo nupcias con Esther Mondéjar, de la cual tuvo tres hijos.

El 1 de enero de 2000 fue ascendido al grado de Superintendente y en agosto fue nombrado Ministro Internacional de la Juventud, teniendo la principal autoridad en la Directiva del Esfuerzo Cristiano Juvenil Internacional.

El 1 de enero de 2002 fue ordenado Obispo de la Iglesia y un año más tarde, elegido como miembro del Concilio Superior. Fue nombrado supervisor de la Obra en América Central y del Centro y Oeste de los Estados Unidos. En marzo de 2005 el Apóstol Cecilio García le asignó la tarea de trabajar en la Oficina Central en Miami y, por testimonio de Dios, dos meses más tarde Miguel se trasladó a esa ciudad para ayudar al director en la administración de la Iglesia a nivel internacional. En agosto de 2006 fue nombrado pastor de la congregación de Miami junto al Obispo Antonio Miranda.

En el año 2008 el Obispo Miguel Rodríguez fue elegido por Dios como sucesor del Apóstol Cecilio García, aunque la investidura apostólica no se haría oficial hasta el próximo año.

El nuevo Apóstol comenzó su presidencia el 25 de abril 2009. Uno de sus proyectos principales fue impulsar el crecimiento de la Iglesia, tanto geográfica como numéricamente; este propósito lo llevó a realizar personalmente la obra misionera en Uruguay.

Durante el apostolado de Miguel hubo cambios en el orden administrativo y se adquirieron nuevas propiedades en Estados Unidos y el mundo. En cuanto a la doctrina, Miguel se preocupó por mantener la unidad, defendiendo las instrucciones bíblicas. Se dedicaron recursos y esfuerzos por la educación de la Iglesia, motivando y dando ejemplo para que la única institución de instrucción bíblica, la Escuela Sabática, se mantuviera más viva que nunca. Gracias a su gestión a través del Ministerio de Educación, se iniciaron los primeros pasos para la creación de un instituto bíblico, el primer Seminario Internacional de Pastores.

Para Miguel fueron diez años de ardua labor, extenuantes viajes, difíciles decisiones, muchas horas de oración, problemas de salud y otras vicisitudes; pero su pasión y trabajo por Cristo y su Iglesia lo mantuvieron siempre dispuesto, comprometido y fiel a su elección, hasta que en el año 2018 Dios escogió al Obispo Santiago Mata como continuador de la Obra.

Santiago Mata Solano (2019-presente)

Santiago Mata Solano nació el 11 de noviembre de 1965 en el valle de la Estrella, Limón, Costa Rica. Sus padres ya eran miembros de la Iglesia cuando él nació. A la edad de 13 años fue sumergido en las aguas del bautismo en el rio La Estrella por el Superintendente Mario A. Aguilar.

A la edad de 15 años tuvo el llamado de Dios para dedicarse como Siervo de Jesucristo y entregarlo todo a la Obra, por lo que el 21 de febrero de 1981 firmó como misionero en la Iglesia de Pandora, Limón, Costa Rica. Inmediatamente fue asignado como obrero en la Iglesia de Bataan en la misma provincia. En esa Iglesia recibió la unción del Espíritu Santo el día 6 de agosto de 1981. Su mensaje dice así:

Como el padre se compadece de su hijo, así me compadezco de los que me buscan. Me ha buscado desde su temprana edad, lo he levantado con misericordia. Ninguno tenga en poco tu juventud, mas, sé ejemplo de los fieles porque solo los fieles estarán conmigo. Santiago, déjate guiar y te usaré con mi poder. Estoy levantando a los jóvenes para colocarlos entre los ancianos de mi pueblo. Sé fiel y te daré la Corona de Vida. Un canto de Gloria confirma este bautismo. Amén.

El 22 de agosto le dieron el grado de Maestro, y lo nombraron como pastor de la Iglesia de Bataan con solo 15 años de edad. Tiempo después, luego de trabajar en varias regiones de su país con grandes resultados, fue ascendido al grado de Superintendente y en enero de 1993 fue llamado a vivir en La Chorrera para formar una junta con el Superintendente Abel Rodríguez y dirigir la Iglesia en la República de Panamá; formó parte también de una junta administrativa con el Superintendente Josué Gómez para dirigir la Obra en la República de Costa Rica. Estuvo supervisando gran parte de la región de Centroamérica durante seis años y medio. Allí Dios le concedió grandes victorias en medio de tantas batallas y luchas. Durante todos esos años procuró tener una Iglesia animada, organizada, espiritual, y trabajadora, realizando constantes eventos de referencia nacional e internacional.

El 28 de julio del año 2008 fue ascendido al grado de Obispo en una conferencia juvenil en La Chorrera, Panamá, voto hecho por el Apóstol Cecilio García y el Obispo Antonio Miranda aprobado por el Concilio Superior de la Iglesia.

El 8 de marzo de 2009 tomó las riendas de la administración del Hogar de Ancianos Doña Carmen de Barroso de la Iglesia en Panamá. Durante cinco años procuró que dicho hogar diera un salto en todos los aspectos tanto administrativos y materiales, como en el trato al personal y la presentación del Evangelio. Todo esto permitió que varios ancianos conocieran a Cristo y conscientemente pidieran el bautismo y alcanzaran salvación.

En enero del 2013, el Apóstol Miguel Rodríguez le hizo el llamado para trabajar en Sudamérica y aceptó tal reto para dirigir la Obra en Chile y Perú donde estuvo casi 5 años teniendo su oficina regional en Santiago de Chile.

El 10 de agosto de 2019, en solemne ceremonia, el Obispo Santiago Mata fue investido como Apóstol Director, tras ser elegido por Dios para presidir la Iglesia en estos últimos tiempos.

En sus 38 años de vida misionera -de los cuales 32 ha trabajado como oficial- Santiago Mata ha visitado 23 países en cuatro continentes (América, Europa, Asia y África), llevando el Evangelio de Jesucristo. Ha sido director de 9 países y ha entregado su juventud y vigor a Dios y la Iglesia. Ha podido saborear las grandes victorias, pero también ha sabido disimular las pocas derrotas; arde en su corazón el deseo de evangelizar, y añora el Espíritu de los grandes embajadores y evangelizadores, quienes han dado hasta su vida por la causa de Cristo.