CREENCIAS FUNDAMENTALES
DECLARACIÓN DE FE
Iglesia Soldados de la Cruz de Cristo
1. La biblia
Creemos que las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento son la verdad eterna, la Santa Palabra de Dios que permanece para siempre, el mensaje del Creador al hombre, la autoridad completa y final en todo el ámbito de la fe cristiana y su práctica. Aunque la Biblia fue escrita por hombres, estos lo hicieron completamente inspirados por el Espíritu Santo: por lo tanto, las Sagradas Escrituras, en su totalidad, son inspiradas por Dios. Las Escrituras son infalibles e inerrantes en sus escritos originales. La biblia es una auto-revelación de Dios al hombre; ella expresa cada uno de los principios de su voluntad divina para la humanidad.
La verdad eterna: Salmos 119:89; 1 Pedro 1:24-25; Mateo 5:18; Marcos 13:31
La autoridad completa y final en todo el ámbito de la fe cristiana y su práctica: Deuteronomio 4:2; 12:32; Proverbios 30:5,6; Juan 5:39; 20:31; Gálatas 1:8,9; Apocalipsis 22:18,19
Infalible e inerrante: Salmos 33:4; Juan 10:34-35; Juan 17:17; Tito 1:2; Hebreos 6:18
Escrita por inspiración divina: 2 Timoteo 3:16; Hechos 1:16; 2 Pedro 1:19-21 Hebreos 4:12
2. La trinidad
Creemos en la Trinidad: Aunque hay solo un Dios, en la unidad de la Divinidad existen tres distintas personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, quienes comparten la misma naturaleza o esencia y los mismos atributos. Estos tres constituyen el único Dios verdadero.
Hay solo un Dios: Deuteronomio 6:4-5; Marcos 12:29; Isaías 45:22; Gálatas 3:20
En la Divinidad existen tres distintas personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Génesis 1:26,27; 3:22; Mateo 3:16,17; 28:19; 2 Corintios 13:14
Las tres personas de la Trinidad comparten la misma naturaleza o esencia y los mismos atributos: 2 Corintios 13:14; 1Pedro 1:2
a. Dios el Padre
Creemos en uno y solo Dios viviente, quien es el Ser supremo. Es espiritual, es decir, sin cuerpo material y, por lo tanto, invisible a los ojos físicos. Tiene existencia propia y es eterno, nunca dejará de ser; de su presencia nadie puede esconderse, porque está en todas partes. No está sujeto a cambio alguno en su Ser, sus atributos o propósitos, porque es inmutable. Él es Creador de todas las cosas y Salvador del hombre. Nadie puede frustrar ni detener sus propósitos, porque Él es soberano. En el Padre se encuentra todo poder, todo conocimiento, todo amor, toda misericordia, toda sabiduría y absolutas justicia y perfección.
Uno y solo Dios viviente: Deuteronomio 6:4; Salmo 86:10; 1 Corintios 8.5-6; 1Timoteo 2:5
Tiene existencia propia y es eterno: Isaías 43:10-11; 44:6; Jeremías 10:10
Él es Creador de todas las cosas: Génesis 1:1; Juan 1:1-4; Juan 5:26
Su naturaleza es espiritual: Juan 4:24; Hechos 17:24-29
En Él se encuentra absolutas justicia y perfección: Salmo 145:17; Mateo 5:48
b. Dios el Hijo
Creemos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, Salvador, Redentor y único mediador entre Dios y los hombres, es el único camino para llegar a Dios y alcanzar la vida eterna. Él es uno con el Padre y con el Espíritu Santo y, por lo tanto, posee todos los atributos divinos. Aunque es verdadero hombre sin pecado, es también verdadero Dios. Jesucristo murió en la cruz por toda la humanidad, resucitó al tercer día, ascendió al cielo y está a la diestra del Padre intercediendo por la humanidad. Pronto vendrá nuevamente a la tierra, como el gran juez, para recompensar a cada uno según sean sus obras.
El Cristo, el Hijo de Dios, Salvador y Redentor del hombre: Mateo 16:16; Lucas 1:35; Gálatas 4:4,5
El único camino para llegar a Dios: Juan 14:6; Hechos 4:10-12; 1Timoteo 2:5
Posee todos los atributos divinos: Colosenses 2:9; Eterno (Miqueas 5:2); Creador (Juan 1:3); Omnisciente (Juan 16:30; 21:17); Omnipresente (Mateo 28:20); Omnipotente (Apocalipsis 1:8); Santo (Hechos 3:14)
Verdadero hombre sin pecado y también verdadero Dios: Juan 1:1; Juan 20:28; 2 Corintios 5:21; Tito 2:13; 1 Juan 4:2-3; Hebreos 4:15; 1 Juan 3:5; 1 Pedro 2:22
Murió en la cruz por toda la humanidad, resucitó al tercer día, ascendió al cielo, pronto regresará a la Tierra a recompensar a cada uno según sus obras: Mateo 25:31-32; 26:64; Marcos 16:6; Lucas 24:6-7; Colosenses 1:22; Hebreos 10:10; Apocalipsis 22:12
c. Dios el Espíritu Santo
Creemos que el Espíritu Santo es un ser personal; es uno con el Padre y con el Hijo, teniendo todas las características y atributos divinos, por lo cual, las Sagradas Escrituras lo reconocen como Dios. Él habita en los creyentes que han tenido limpieza de sus pecados a través de su santo bautismo, sellándolos para el día de la redención. El Espíritu Santo consuela y guía al creyente a toda verdad; también lo faculta con su poder divino y diferentes dones espirituales, con el propósito de edificar su iglesia y testificar al mundo del poder de Dios.
Es un ser personal: Mateo 28:19; Juan 16:13
Habita en los creyentes que han tenido limpieza de sus pecados: Hechos 2:2-4; 2:33; Juan 14:16,17; Joel 2:28
Sella a los creyentes para el día de la redención: Efesios 1:13,14; Efesios 4:30
Faculta con su poder divino y diferentes dones espirituales: 1 Corintios 12:1,4-11; 1 Corintios14:12
3. El hombre
Creemos que Dios creó al hombre a su imagen, conforme a su semejanza. Dios le ha dotado de libre albedrío y de la facultad del intelecto, haciéndole capaz de tomar decisiones por sí mismo. Todo hombre, desde su nacimiento, tiene una herencia de pecado; pero cuando escoge el camino de salvación ofrecido por Jesucristo, puede ser separado y libre del dominio del pecado, por la obra de la redención y el poder del Espíritu Santo en su vida. Todos los hombres son iguales, con las mismas responsabilidades y los mismos privilegios ante Dios.
Creado a imagen de Dios, conforme a su semejanza: Génesis 1:26-27
Todo hombre, desde su nacimiento, tiene una herencia de pecado: Salmo 51:5; Romanos 5:12; Romanos 3:10.
Cuando escoge el camino de salvación, puede ser separado y libre del dominio del pecado: Romanos 6:18; 2 Corintios 6:17-18.
Todos los hombres son iguales, con las mismas responsabilidades y privilegios ante Dios: Hechos 2:39; 10:34-35; Gálatas 3:28; Colosenses 3:11
a. El matrimonio
Creemos que el matrimonio es creación divina y no del hombre; fue ordenado por Dios en la creación y es confirmado en el Nuevo Testamento por Jesucristo. Debe ser una relación entre un hombre y una mujer, incluye un compromiso voluntario y sin reserva del uno para el otro, y es sobre todas las relaciones humanas. El matrimonio es una unión reconocida y validada por Dios, ya sea en un contrato solemnizado por la iglesia o por el estado, y aunque los contrayentes sean creyentes o no.
El matrimonio es creación divina, ordenado en la creación: Génesis 2:21-24.
Es confirmado por Jesucristo: Mateo 19:3-6.
Debe ser una relación entre un hombre y una mujer: Marcos 10:6-7
4. La salvación
Creemos que la salvación solo se obtiene por medio de Jesucristo, quien ofreció su vida sin pecado como sustituto por el culpable. La salvación es por gracia, por la fe y el arrepentimiento es imprescindible para recibirla. Las buenas obras y la obediencia a los preceptos que Dios ha establecido en su Palabra son el resultado y el testimonio de haberla alcanzado. El hombre es libre para aceptar o rechazar la oferta de salvación que Cristo le hace. El hombre que acepta a Cristo como su Salvador, y después le diere la espalda y no perseverare en el camino de salvación, pierde dicho privilegio.
La salvación solo se obtiene por medio de Jesucristo: Juan 14:6; Hechos 4:10-12; 1Timoteo 2:5,6.
Es por gracia, por la fe en Cristo Jesús: Juan 3:16; Efesios 2:8,9.
El arrepentimiento es imprescindible: 2 Crónicas 7:14; Isaías 55:7; Jonás 3:5-10; Mateo 4:17; Lucas 12:3-5; Hechos 17:30; 2 Corintios 7:10,11; 1 Juan 1:9; 2 Pedro 3:9
Las buenas obras y la obediencia a los preceptos que Dios ha establecido son el resultado y el testimonio de haberla alcanzado: Santiago 2:17,18; Mateo 19:16-19
El hombre que diere la espalda a Cristo y no perseverare en el camino de salvación, pierde dicho privilegio: Ezequiel 18:24-26; Mateo 24:13; Juan 15:2-6; Romanos 11:22; Hebreos 10:38,39
a. Bautismo de agua por inmersión
Creemos en el bautismo de agua por inmersión del creyente, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es un acto voluntario de obediencia, que simboliza la fe del creyente en su Salvador, la muerte de sí mismo al pecado, la sepultura de las viejas normas de vida y la resurrección a una vida nueva en Cristo Jesús, afirmando su salvación. Toda persona, antes de ser bautizada, debe haber experimentado un despertar espiritual a través de su fe en Cristo y manifestar arrepentimiento de sus obras pasadas.
Bautismo por inmersión: Mateo 3:5,6,16; Marcos 1:5
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: Mateo 28:19,20
Es un símbolo: Romanos 6:1-6; Colosenses 2:12,13.
Afirma nuestra salvación: Marcos 16:16; Juan 3:3-7
Se debe experimentar un despertar espiritual antes de ser bautizado: Hechos 2:36-39; 16:30-33
Se debe dar pruebas de un arrepentimiento sincero: Mateo 3:8; Lucas 3:8, 10-13;
b. Bautismo del Espíritu Santo
Creemos que a todos los creyentes se les ha conferido el derecho y el deber de esperar en la promesa de ser bautizados con el Espíritu Santo. Cuando una persona recibe el bautismo del Espíritu Santo, experimenta en su plenitud la sublimidad del nuevo nacimiento. Una de las evidencias del bautismo del Espíritu Santo es el hablar en lenguas. Los resultados de este bautismo en el creyente, además de constituir un sello para el día de la redención, deben reflejar una mayor reverencia hacia Dios, más consagración y dedicación a su obra, ferviente amor al Señor y a su Palabra, una mayor capacitación, más poder para testificar de Jesús, y el recibimiento de diferentes dones del Espíritu para ejercer un ministerio eficaz.
Todos los creyentes pueden recibir el bautismo del Espíritu Santo: Joel 2:28; Hechos 2:38,39
Es cuando se experimenta en su plenitud la sublimidad del nuevo nacimiento: Juan 3:6-8
Una de las evidencias del bautismo es hablar en lenguas: Hechos 2:1-4; 10:44-46
Constituye un sello para el día de la redención, por lo cual el creyente debe reflejar una mayor consagración: Efesios 1:13-14; 4:30
Por sus frutos los conoceréis: Mateo 7:16-20
Proporciona una mayor capacitación, más poder para testificar y el recibimiento de diferentes dones espirituales: Lucas 4:18,19; Hechos 1:8; 1 Corintios 12:1, 4, 7-11
c. Los dones espirituales
Creemos que cada miembro del cuerpo de Cristo ha sido capacitado con dones espirituales, concedidos mediante la operación del Espíritu Santo, quien los imparte según su voluntad. Los dones proveen todos los ministerios y habilidades necesarios para que la iglesia cumpla su misión en la tierra. Cuando los miembros emplean los dones espirituales como fieles siervos de Dios, la iglesia es edificada y crece en fe y amor.
Creemos que cada miembro del cuerpo de Cristo ha sido capacitado con dones espirituales: Hechos 1:4-8; 1 Corintios 12:11; 7:7
Los dones proveen todos los ministerios y habilidades necesarios para que la iglesia cumpla su misión en la tierra: 1 Corintios 12:8-10,28; Efesios 4:11; Romanos 12:6-8
Cuando los miembros emplean los dones espirituales como fieles siervos de Dios, la iglesia es edificada y crece en fe y amor: 1 Pedro 4:10; Efesios 4:16
d. La santidad
Creemos en la santidad, que es libertad de pecado. El creyente debe vivir conforme a ella, es decir, vivir apartado y separado del pecado, consagrado a Dios, libre de las costumbres del mundo. La santidad es un suceso progresivo que se inicia con la conversión, continúa con el bautismo del Espíritu Santo y se extiende hasta el fin de la existencia misma. El grado de santidad se demuestra y se pone de manifiesto por los frutos, el carácter y la conducta del creyente.
El creyente debe vivir conforme a ella, apartado y separado del pecado: Lucas 1:75; Juan 17:17; Romanos 6:19,22; 12:1; Gálatas 5:22-24; 1Tesalonicenses 3:13; Hebreos 12:14
Se pone de manifiesto por los frutos: Mateo 7:16-20; Juan 15:1-8
Es un suceso progresivo: 2 Corintios 7:1; Filipenses 1:6; 3:12-13
e. La conducta del cristiano
Creemos que el cristiano debe adoptar un estilo de vida diferente al mundo, en consonancia con los principios de Dios. Esta conducta que adopta el cristiano es una evidencia de la salvación por medio de Cristo. Todo creyente es llamado a alejarse del pecado, por lo tanto, debe abstenerse de practicar todo vicio o actividad que debilite la razón y perjudique la sensibilidad de la conciencia.
El cristiano debe adoptar un estilo de vida diferente al mundo: 1 Juan 2:15-17; Mateo 5:14-16; Juan 17:14-16
Esta conducta que adopta el cristiano es una evidencia de la salvación por medio de Cristo: Efesios 2.8-10; Romanos 6:22
Todo creyente es llamado a alejarse del pecado: 1 Corintios 6:19,20; 2 Corintios 6:14-18
5. La iglesia
Creemos que la iglesia es el cuerpo de Cristo. Es el organismo a través del cual el Salvador opera los negocios del reino de los cielos. Esta iglesia tiene como característica que sus miembros guardan los mandamientos de Dios, tienen la fe de Jesús y se manifiesta en ellos el Espíritu Santo. La iglesia existe para brindar fraternidad, unir en lazos de amor a todos los miembros del cuerpo de Cristo y que de una manera organizada trabajen a favor de Él, cumpliendo con la gran comisión dada por Cristo de llevar el evangelio a todo el mundo y preparar un pueblo para su glorioso retorno.
Es el cuerpo de Cristo: 1 Corintios 12:12-27
Sus miembros guardan los mandamientos de Dios, tienen la fe de Jesús y se manifiesta en ellos el Espíritu Santo: Apocalipsis 12:17; 19:10
Existe para brindar fraternidad: Filipenses 4:1-9
Existe para cumplir la gran comisión dada por Cristo: Mateo 28:19,20
a. El mensaje universal
Creemos en el mensaje universal, la buena noticia que proclama la salvación de Dios a través de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, ofrecida a todos los hombres y mujeres sin acepción de persona, ni distinción de raza, nacionalidad o escala social. La iglesia es la encargada de llevar este mensaje por todo el mundo, y cada cristiano está comprometido a colaborar con esta misión.
La buena noticia que proclama la salvación de Dios a través de Jesucristo: Lucas 2:10-11; Hechos 10:36; 2 Corintios 5:18-20
No hay acepción de personas: Romanos 2:10-11; Gálatas 3:28; Santiago 2:1.
La iglesia es la encargada de llevar este mensaje por todo el mundo: Mateo 24:14; 28:19-20; Marcos 16:15-20; Hechos 1:8
Cada cristiano está comprometido a colaborar con la misión: Marcos 5:18-20; Lucas 15:8-10; Juan 4:39
b. El discipulado
Creemos que el discipulado cristiano consiste en un llamamiento especial y directo del creyente para dedicarse por entero al servicio de Dios. El discipulado cristiano es más que ser un creyente, es responder al llamado especial del Señor a una entrega total e incondicional a la tarea misionera de predicar las buenas nuevas de salvación. El discípulo cristiano coloca todo lo que es y todo lo que tiene a la permanente disposición de Dios.
Consiste en un llamamiento especial y directo de parte de Dios: Génesis 12:1-4; Mateo 4:18,19, 21,22
Es una entrega total e incondicional a la labor misionera: Mateo 19:20-29; Lucas 9:23,24, 57-62; 2 Timoteo 2:2
c. El ministro y la política
Creemos que toda autoridad en el mundo es puesta por Dios. Debemos cumplir con los deberes civiles y de ciudadanos sin que estos estorben nuestros deberes para con Dios. El ministro no debe involucrarse en actos de propaganda política ni tratar de influenciar a los feligreses bajo su responsabilidad en el momento de votar por algún candidato político.
Toda autoridad en el mundo es puesta por Dios: Daniel 2:21; Juan 19:11; Romanos 13:1
Debemos cumplir con los deberes civiles y de ciudadanos: Marcos 12:14-17; Romanos 13:2-7; 1 Pedro 2:13-17
Sin que estos estorben nuestros deberes para con Dios: Daniel 3:14-18; Hechos 4:19; 5:29
El ministro no debe involucrarse en actos de propaganda política: Juan 18:36; 2 Timoteo 2:4
6. El ayuno y la oración
Creemos que el ayuno y la oración son medios que fortalecen al cristiano. Son el ejercicio más eficiente que el cristiano pueda realizar para hacer resistencia a las obras o manifestaciones de la carne. La práctica del ayuno y de la oración, ofrecidos a Dios en forma sincera y genuina, son dos de las actitudes que con mayor efectividad le permiten obtener el auxilio divino en cualquier circunstancia.
Son medios para fortalecer al cristiano: Lucas 4:1-4; Hechos 10:30-31
Son medios eficientes para hacer resistencia a las manifestaciones de la carne: Lucas 2:37
Permiten obtener el auxilio divino: Esther 4:15-17; Jonás 3:7-10
7. El decálogo
Creemos que los diez mandamientos revelan el patrón divino de conducta para la humanidad, por cuanto ellos encierran los principios morales más elevados y puros que la sociedad humana ha podido conocer. Ellos definen nuestra relación con nuestro Creador y Redentor, y nuestro deber para con nuestros semejantes. La desobediencia a los mandamientos es definida en la Biblia como pecado, por cuanto es transgresión de la ley de Dios. En guardarlos hay grande galardón.
Revelan el patrón divino de conducta para la humanidad: Éxodo 20:3-17; Eclesiastés 12:13.
Definen nuestra relación con nuestro Creador y Redentor, y nuestro deber para con nuestros semejantes: Mateo 22:35-40; Juan 14:15,21
La desobediencia a los mandamientos es pecado: 1 Juan 3:4
En guardarlos hay grande galardón: Salmo 19:7-11; Apocalipsis 22:14
I. No adorar dioses ajenos
Creemos que debemos adorar solamente al Dios eterno, el no creado sino Creador de todo lo que existe y que todo lo sustenta, pues es el único Dios verdadero. Ninguna figura de pintura o escultura alcanza a representarle.
Debemos adorar solamente al Dios eterno: Éxodo 20:3; Juan 4:21-24; 1 Juan 5:21
Ninguna figura alcanza a representarle: Salmo 115:1-9; 1 Corintios 8:4-6
II. No hacer imágenes
Creemos que el segundo mandamiento del Decálogo prohíbe hacer imágenes o alguna representación de las cosas creadas por Dios en el cielo, en la tierra y en la mar; tanto para sí mismo, como el tener de otros. No debemos inclinarnos, ni honrar dichas imágenes, y semejanzas. El segundo mandamiento no es una extensión del primero.
Prohíbe hacer para sí mismo imágenes: Éxodo 20:4; Deuteronomio 4:15-19; 5:8
Prohíbe inclinarnos a ellas u honrarlas: Éxodo 20:5-7; Deuteronomio 5:9,10
El segundo mandamiento no es una extensión del primero. Éxodo 20:3,4
III. No tomar el nombre de Dios en vano
Creemos que el nombre de Dios no debe ser tomado en vano; esto abarca mencionar su nombre de forma irrespetuosa, informal y descuidada por asuntos sin mayor importancia o repetirlo con frecuencia y sin reflexión. Este mandamiento también condena los juramentos.
El nombre de Dios no debe ser tomado en vano: Éxodo 20:7; Deuteronomio 5:11
Jesús prohibió los juramentos: Mateo 5:33-37; Santiago 5:12; Deuteronomio 6:13; Deuteronomio 10:20; Gálatas 1:20; Apocalipsis 10:5-6
IV. La observancia del sábado
Creemos que el sábado, el séptimo día de la semana, es el día de reposo establecido por Dios desde la fundación del mundo como un símbolo de conmemoración a su obra creadora. El sábado, como día de reposo, fue ratificado por Dios como una demanda para la humanidad cuando lo inscribió con su propio dedo, y lo declaró el cuarto mandamiento del Decálogo. Dios bendijo y santificó este día con el propósito de que sus hijos hicieran un alto en sus labores y se acordaran de su Creador y de su grandiosa obra, por lo tanto, debe ser un día de adoración colectiva y encuentro personal con Él. Se debe observar según la pauta bíblica, atendiendo a las especificaciones que esta revela.
Es el día de reposo establecido por Dios desde la fundación del mundo: Génesis 2:2-3; Éxodo 20:8-11; Hebreos 4:4-9
Es una demanda para la humanidad: Éxodo 20:8-10; Marcos 2:27-28
Debe ser un día de adoración colectiva y encuentro personal con Dios: Lucas 4:16; Hechos 13:42-44
Se debe observar según la pauta bíblica: Éxodo 16:21-30; 35:1-3; Levítico 23:32; Nehemías 13:15-22; Lucas 23:56
V. Honrar a los padres
Creemos que honrar a los padres es un deber sagrado de los hijos. El amor, el respeto y la obediencia son tres características que ineludiblemente debe poseer todo hijo que quiera honrar a sus padres. La obediencia al quinto mandamiento redunda en la edificación de buenos hábitos y excelencia de carácter, que tienden a prolongar la vida. Auxiliar a los padres cuando fuere posible, física y económicamente, es parte del mandamiento. El hogar y la unidad de la familia son las bases de toda sociedad decente. Las relaciones de los hijos hacia los padres es un tipo exacto de las relaciones espirituales entre los verdaderos cristianos y Dios.
Se debe tener amor, respeto y obediencia a los padres: Proverbios 1:8; 13:1; 30:17; Colosenses 3:20
Es un deber sagrado de los hijos: Éxodo 20:12; Proverbios 23:22; Colosenses 3:20
La honra a los padres redunda en excelencia de carácter que prolonga la vida: Deuteronomio 5:16; Efesios 6:1-3
Auxiliar a los padres física y económicamente es parte del mandamiento: Mateo 15:3-9; 1 Timoteo 5:4
El hogar y la unidad familiar son las bases de toda sociedad decente: Marcos 7:10-13
VI. No matar
Creemos que la vida le pertenece únicamente a Dios. Nadie tiene derecho de privar de la vida a alguien, ni a sí mismo. Todo acto que contribuya a abreviar una vida, el espíritu de odio y venganza, o cualquier palabra que lleve a desearle mal a nuestros semejantes, constituye una violación en mayor o menor grado del sexto mandamiento.
La vida pertenece a Dios y nadie tiene derecho a privar de la vida a alguien: Génesis 2:7; 4:8-12; 9:5-6; Éxodo 20:13
Todo acto que contribuya a abreviar la vida constituye violación al sexto mandamiento: Mateo 5:21-26; 1 Juan 3:15; Apocalipsis 21:8
VII. No adulterar
Creemos que el adulterio es una actitud voluntaria, de toda actividad sexual desordenada, ya sea física o del corazón, con otra persona que no sea el cónyuge legal. El adulterio es considerado pecado por Dios y, por lo tanto, la Biblia afirma que los adúlteros no entrarán en el reino de los cielos. Este mandamiento tiene como propósito preservar la primera institución que Dios estableció sobre la tierra “el matrimonio”.
Es una actitud voluntaria, de toda actividad sexual desordenada, ya sea física o del corazón, con otra persona que no sea el cónyuge legal: Mateo 5:27; Lucas 16:18
Es considerado pecado por Dios y, por lo tanto, la Biblia afirma que los adúlteros no entrarán en el reino de los cielos: Malaquías 2:14; Proverbios 6:32-33; 1 Corintios 6:13,18.
Este mandamiento tiene como propósito preservar el matrimonio: 1 Tesalonicenses 4:2-5; Hebreos 13:4; Proverbios 5:1-20
VIII. No hurtar
Creemos que Dios prohíbe en este mandamiento toda forma de apropiación de un objeto o un bien que pertenece a otra persona, ya sea por la fuerza, sutileza o por apariencia de legitimidad, como son el peso falso, la mala mercadería, la moneda falsa, la usura, o cualquier otro medio fraudulento. Igualmente se incumple con el mandato cuando no se devuelve lo prestado o encontrado, o no se paga a tiempo las deudas, rentas y salarios. Se roba también cuando no se paga el diezmo.
Se prohíbe todo robo: Éxodo 20:15; Levítico 19:11,13
Se hurta cuando se excede en los precios, en la calidad de los artículos, peso falso, moneda falsa, usura, etc.: Levítico 19:35-36; Proverbios 11:1; 16:11; Ezequiel 45:9-10; Deuteronomio 19:14; 25:13; Salmos 15:5; San Lucas 6:35
Se roba cuando no se paga el diezmo: Malaquías 3:8-10
IX. No hablar falso testimonio
Creemos que el noveno mandamiento se refiere a salvaguardar el buen nombre de la persona. Prohíbe hablar falsamente, mentir o planear cualquier engaño contra el prójimo; hablar injustamente de él, perjudicar su reputación, dar falso testimonio, difamarlo, calumniarlo, contar chismes o exagerar algo mal hecho por él. El mandamiento incluye la prohibición de mentir en cualquier forma.
No se debe levantar falso testimonio contra el prójimo: Éxodo 20:16; 23:1; Salmos 27:12; Proverbios 12:22
No se debe hablar falsamente, mentir o planear cualquier engaño contra el prójimo: Proverbios 12:17; 19:5
No se debe hablar injustamente, difamar, calumniar o contar chismes contra el prójimo, etc.: Levítico 19:16
Prohíbe toda mentira: Salmos 34:13; Juan 8:44; Efesios 4:25
X. No codiciar
Creemos que este mandamiento prohíbe el deseo incontrolado y egoísta por algo que le pertenece a otro. Este deseo no siempre es perceptible, ni se limita a cosas materiales o tangibles, sino que puede llegar a sobrecoger todo el rango de emociones, pensamientos y acciones de un ser humano, resultando en muchos males. Los deseos íntimos, desordenados, para nuestra propia satisfacción, son la verdadera causa de toda acción perjudicial que hagamos contra el prójimo.
La codicia es condenada por la biblia: Éxodo 20:17; Deuteronomio 5:21; Romanos 7:7
La codicia es la raíz de muchos males: Marcos 4:19; 1 Timoteo 6:9; Santiago 4:1-3
Los deseos íntimos desordenados son la causa perjudicial contra nuestro prójimo: Job 5:2; 1 Corintios 10:5,6
8. Ley de salubridad referente a los animales
Creemos que la ley de salubridad bíblica, referente a los alimentos, debe ser observada por los hijos de Dios. Los animales que se designan como “inmundos” por Dios en Levítico 11 y Deuteronomio 14, no se deben comer. Esta ley está vigente pues tiene que ver con la salud y el bienestar y revela cuán obedientes o desobedientes somos.
Dios permitió el uso de ciertos animales para la alimentación, mientras otros no: Génesis 7:2
Todos los animales que se designan como “inmundos” por Dios no se deben comer: Levítico 11; Deuteronomio 14
Esta ley tiene vigencia plena, pues son mandatos que tienen que ver con la salud y la obediencia: Levítico 26:3-5
9. El diezmo
Creemos que Dios es el Creador y Dueño de todas las cosas. El diezmo es la décima parte de todos los ingresos con que Dios bendice al hombre y estos deben ser regresados a Dios por medio de la iglesia. El diezmo ha sido entregado a Dios aun antes de que existiera el sacerdocio levítico. Dios ha dado el diezmo del pueblo para el sustento de sus ministros.
Dios es el Creador y Dueño de todas las cosas: Hageo 2:8
El diezmo es la décima parte de todos los ingresos y debe ser regresado a Dios: Levítico 27:30
El diezmo ha sido entregado a Dios aun antes de que existiera el sacerdocio levítico: Génesis 14:17-20; 28:20-22; Hebreos 7:1-10
Dios ha dado el diezmo del pueblo para el sustento de sus ministros: Números 18:24-28; 1 Corintios 9:9-14
10. La cubierta de la mujer
Creemos que la Palabra de Dios declara que la mujer debe cubrir su cabeza cuando ora o profetiza, lo cual puede ocurrir en cualquier lugar, momento y circunstancia, dentro y fuera del templo. Esta acción sirve como símbolo del orden de autoridad que Dios ha establecido entre ella y el hombre. Así también, la mujer debe abstenerse de cortarse el cabello y el hombre no debe dejárselo crecer. De esa manera, se define una distinción entre ambos.
La Palabra de Dios declara que la mujer cristiana debe cubrir su cabeza: 1 Corintios 11:5,6
Esa cobertura es símbolo del orden de autoridad que Dios ha establecido entre el hombre y la mujer: 1 Corintios 11:1-16
11. La santa comunión y lavamiento de pies
Creemos que la Cena del Señor constituye un símbolo que expresa nuestra comunión con el Señor Jesucristo y con los demás creyentes. Es un memorial del sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario, donde se ofreció a sí mismo como el cordero pascual. Los elementos del pan y el jugo de la vid representan, simbólicamente, el cuerpo y la sangre de Cristo, que fue derramada como señal del nuevo pacto. Cada creyente puede y debe participar de esta ceremonia, teniendo su conciencia limpia y estando en comunión con el Señor y sus hermanos. Creemos en el lavamiento de pies, como señal de servicio, amor y humildad.
La santa comunión constituye un símbolo de nuestra identificación con la naturaleza divina del Señor: Juan 6:35-58
Un recuerdo de sus sufrimientos y su muerte: 1 Corintios 11:23-26
Es un memorial del sacrificio de Jesús como el cordero pascual, en un solo sacrificio por toda la humanidad: Hebreos 7:26-28
Los elementos del pan y el jugo de la vid representan el cuerpo y la sangre de Cristo, que fue derramada como señal del nuevo pacto: Mateo 26:26-28
Cada creyente puede y debe participar teniendo su conciencia limpia: 1 Corintios 11:27-31
El lavamiento de pies es una señal de servicio, amor y humildad: Juan 13:1-17
12. La profecía y revelación divina
Creemos en la profecía y la revelación divina por medio de sueños, éxtasis o visiones, como obra del Espíritu Santo. La manifestación de Dios permanece vigente para su pueblo fiel en todo tiempo. El Señor da entendimiento del significado de la revelación o sueño, iluminando la verdad y señalando la aplicación de ellas a los que le buscan en humildad, oración y ayuno, para hacer su voluntad. El espíritu de la profecía debe ser acorde a la doctrina bíblica.
La profecía y revelación divina por medio de sueños, éxtasis o visiones, es obra del Espíritu Santo: Números 12:6; Job 33:14-16; Joel 2:28; 2 Pedro 1:21
La manifestación de Dios permanece vigente en todo tiempo: Isaías 46:9,10; 1 Corintios 14:1
El Señor da entendimiento del significado de la revelación o sueño a los que le buscan en humildad: Lucas 24:44,45; 1 Juan 2:27
El espíritu de la profecía debe ser acorde a la doctrina bíblica: 1 Corintios 14:32,37; Gálatas 1:6-9; 1 Juan 4:1
13. La sanidad divina
Creemos en la sanidad divina, es decir, en los milagros de sanidad del cuerpo humano, realizados por Jesucristo a través de la oración y la fe depositada en el poder de Dios. Dios efectúa el milagro de la sanidad en la mente y el cuerpo humano cuando es su voluntad hacerlo. Jesucristo legó esta autoridad a su iglesia, la cual continúa ejerciéndola. Los que han sido investidos con el Espíritu Santo, son llamados a orar por el enfermo, ungiéndole con aceite.
Milagros realizados por Jesucristo a través de la oración de sus discípulos: Hechos 3:12-16; 4:8-10
Se efectúa el milagro cuando es su voluntad hacerlo: Mateo 8:1-3; 15:21-28
Bajo el tiempo de Dios: Juan 9:1-7
Jesucristo legó esta autoridad a su iglesia: Mateo 10:7,8; Marcos 16:17,18; Lucas 10:19
El ungimiento de los enfermos con aceite: Marcos 6:12,13; Santiago 5:14,15
14. La segunda venida de Cristo
Creemos en el segundo advenimiento de Jesús a la tierra. Entendemos que su venida será visible y audible para todo el mundo, con poder y gran gloria, acompañada por sus ángeles. Viene para dar la recompensa a cada uno, según fueren sus obras. Es inminente y será el acontecimiento de mayor proporción mundial en la historia de la humanidad. Esta es la más grande y bendita esperanza que tiene la iglesia de Jesucristo. Nadie sabe el día ni la hora de este acontecimiento, sino solo Dios.
Jesús vendrá por segunda vez a la tierra: Juan 14:1-3; Juan 16:20-22; Hechos 1:10-11; 3:20-21; 1Timoteo 6:14; 2 Timoteo 4:7-8; Santiago 5:7-8
Su venida será visible y audible para todo el mundo: Mateo 24:30-31; 1Tesalonicenses 4:16; 2 Pedro 3:10; Apocalipsis 1:7
Viene para dar la recompensa a cada uno, según fueren sus obras: Mateo 16:27; 25:31,32,46; Apocalipsis 22:12
Es la más grande y bendita esperanza que tiene la iglesia: Tito 2:13
Solo Dios sabe el día y la hora de la segunda venida de Jesucristo: Mateo 24:37-39; Marcos 13:32-36; 1Tesalonicenses 5:2-4
15. La muerte
Creemos que Dios creó al hombre y le dio el regalo de la vida; el hombre lo rechazó, y al comer del fruto prohibido, se acarreó la muerte. Cuando el hombre muere, su cuerpo vuelve al polvo de la tierra, del cual fue creado originalmente; mientras que el espíritu o el aliento de vida vuelve a Dios que lo dio.
Dios creó al hombre y le dio el regalo de la vida: Génesis 1:17; 2:7
El hombre rechazó la vida, y al comer del fruto prohibido, se acarreó la muerte: Génesis 2:16,17; 3:6; Romanos 5:12
Cuando el hombre muere, su cuerpo vuelve al polvo de la tierra: Génesis 3:19; Eclesiastés 12:7
El espíritu o el aliento de vida vuelve a Dios que lo dio: Salmo 104:29; 146:4
a. El alma
Creemos que el alma es el factor que siente, piensa y determina en el ser humano. Toda vida, recuerdos y pensamientos cesan en la muerte. La muerte del hombre es integral porque, aunque el alma no posee elementos físicos, si el cuerpo no está vivo, el alma tampoco puede vivir.
El alma es el factor que siente, piensa y determina en el ser humano: Job 23:13; Esther 4:13; 1 Reyes 11:37
Toda vida, recuerdos y pensamientos cesan en la muerte: Salmo 6:5; Eclesiastés 9:5,6,10
La muerte del hombre es integral; al morir el hombre, el alma queda en un estado de inactividad hasta el día final: Salmo 146:4; Eclesiastés 9:5,6, 10; Daniel 12:2,3. Juan 6:39,40
b. La resurrección de los muertos
Creemos en la resurrección de todos los muertos cuando Cristo aparezca en gloria, en su segunda venida a la tierra. Los fieles que están en los sepulcros serán levantados y, juntamente con los fieles vivientes, serán arrebatados en el aire para recibir al Señor en las nubes y estar para siempre con Él. Los que sean levantados con Cristo serán transformados en semejanza al cuerpo de su gloria. Los infieles también resucitarán, serán juzgados y lanzados al infierno eterno.
La resurrección de los muertos será cuando Cristo aparezca en gloria, en su segunda venida a la tierra: Juan 5:28-29; 6:40; 11:23-24
Los fieles que están en los sepulcros serán levantados y, juntamente con los fieles vivientes, serán arrebatados en el aire para recibir al Señor en las nubes: 1 Tesalonicenses 4:13-18
Los que sean levantados con Cristo serán transformados en semejanza al cuerpo de su gloria: Marcos 12:24,25; 1 Corintios 15:35-55; 1Juan 3:2
16. El juicio final
Creemos que el juicio final será llevado a efecto por Cristo. De todas las naciones y de todas las épocas de la historia humana, todos los hombres serán reunidos en la presencia del gran juez, Jesucristo, para ser recompensados o condenados según hayan sido sus obras. En el juicio final Dios mostrará su justicia a todos los hombres.
El juicio final será llevado a efecto por Cristo: Mateo 25:31-33
Todas las naciones serán reunidas en presencia de Jesucristo para ser juzgadas y recompensadas: Hechos 17:31; 2 Corintios 5:10; Hebreos 10:26,27
En el juicio final Dios mostrará su justicia a todos los hombres: Romanos 12:19; Colosenses 3:25
a. El castigo eterno
Creemos que el infierno, o lugar de castigo, es real y eterno. Está preparado para el diablo, sus ángeles y todos aquellos que han vivido en incredulidad, rebeldía y desobediencia a Dios, en rechazo a la soberanía de su gobierno divino y a los principios de su santa voluntad, rechazando así también el plan de salvación ofrecido por Cristo.
El infierno, lago de fuego o lugar de castigo, es real y eterno: Mateo 22:13; 2 Pedro 2:9
Está preparado para el diablo y sus ángeles y todos aquellos que han vivido en impiedad: Salmos 9:17; Mateo 25:41; Marcos 9:48; Romanos 2:6-9; Apocalipsis 19:20
b. La vida eterna
Creemos en la gloria o vida eterna para los fieles que creyeron en Cristo. La vida eterna consiste en estar con Dios disfrutando de su presencia en toda su plenitud, por toda la eternidad. Será en un lugar preparado por Jesucristo.
La gloria o vida eterna es para los fieles: Romanos 6:23; Colosenses 1:4-5; Apocalipsis 21:1-5; 22:1-5
Consiste en estar con Dios disfrutando de su presencia en toda su plenitud: Juan 14:2,3; 2 Timoteo 2:10; Apocalipsis 7:9-17
Será en un lugar nuevo creado por Dios: Isaías 65:17; 66:22