En la primavera del año 1922 nació en Cuba la Iglesia Soldados de la Cruz de Cristo. Fue fundada por el estadounidense Ernest William Sellers, un hombre de Dios que decidió desprenderse de todo cuanto tenía con el fin de llevar a cabo una intensa labor misionera. Durante gran parte de su vida, Ernest se consagró a la prédica del evangelio, a orar por los enfermos y ganar nuevos seguidores para la obra de Jesucristo. Gracias al respaldo constante del Espíritu de Dios, la institución que había iniciado con unos pocos voluntarios fue ganando en estructura y organización. El 25 de marzo de 1930, la Iglesia fue inscrita legalmente como Bando Evangélico Gedeón y estableció su oficina principal en la Avenida Primera, Calle 36, en el reparto Miramar en La Habana.
Muchos fueron los logros de la naciente Iglesia, entre los cuales destaca la fundación de la revista El Mensajero de los Postreros Días, órgano de difusión oficial de esta institución cristiana. Su primer número salió a la luz el día 15 de septiembre de 1939 y su distribución, en un inicio, fue totalmente gratuita. En apenas 10 años el Bando Evangélico Gedeón pudo establecerse en 200 lugares, gracias a lo cual logró reunir en sus filas cerca de cuatro mil miembros. Ya para 1953 (año en el que murió el fundador), la Iglesia contaba con una escuela de instrucción para los nuevos militantes de la fe, y cientos de misioneros voluntarios desplegados en todo el territorio nacional, México y Panamá.
Tras la muerte de Daddy John (nombre con el que se conocía cariñosamente al fundador), asumió la dirección de la Iglesia el Obispo Ángel María Hernández Esperón. Durante su administración, la Iglesia logró alcanzar un desarrollo considerable, pues se le dio un gran impulso al establecimiento de nuevos templos y misiones, así como al mejoramiento de los ya existentes. En estos años fueron enviados misioneros a fundar congregaciones en varios países de Latinoamérica y el Caribe, por lo cual la institución comenzó a consolidar su impacto internacional.
Al fallecer el Apóstol Ángel María Hernández, la dirección provisional de la Iglesia fue representada por una Junta, compuesta por los Obispos Florentino Almeida Morales, Samuel Mendiondo García y José Rangel Sosa. En una reunión celebrada el día 31 de diciembre de 1961, la junta de Obispos anunció que el nuevo director de la Iglesia sería Arturo Rangel Sosa. Sin embargo, pocos años después, en 1966, los Obispos Florentino Almeida y Samuel Mendiondo se vieron obligados a integrar nuevamente una junta que asumiera la dirección de la Iglesia con carácter provisional, debido a la inesperada y misteriosa desaparición del Apóstol Arturo Rangel junto al Obispo José Rangel y al Evangelista Eliodoro Castillo.
Debido a los cambios económicos y políticos que tuvieron lugar en Cuba a partir de la década de 1960, y ante la dificultad de mantener comunicación con la Iglesia en otros países, la Junta de Obispos decidió trasladar la Oficina Central hacia los Estados Unidos, específicamente a Tampa, en el estado de Florida. En 1971, la oficina sería trasladada hacia la ciudad de Miami, donde radica actualmente.
Ese mismo año, por requerimiento de Los Gedeones Internacionales -una organización cristiana formada por hombres de negocios- el nombre de la Iglesia tuvo que ser cambiado de Bando Evangélico Gedeón Internacional a Bando Evangélico Gilgal Internacional, y más adelante, en 1974, a Iglesia Evangélica Internacional Soldados de la Cruz de Cristo. Este nombre permaneció intacto durante 44 años hasta que, a finales de 2018, el Concilio Superior de la Iglesia decidió suprimir las palabras “Evangélica” e “Internacional”, así que el nombre actual de la institución cristiana es Iglesia Soldados de la Cruz de Cristo. Cuba es la única excepción a estos cambios, puesto que no había Gedeones Internacionales reconocidos antes del registro de la Iglesia, por lo cual se mantuvo el antiguo nombre para preservar el valor histórico y tradicional.
Cada día la Iglesia iba expandiéndose en el ámbito internacional: en la década del setenta fueron enviados misioneros a España, Alemania, República Dominicana, Brasil y Paraguay. Para los ochenta se estableció la obra en Argentina y en Bolivia, se enviaron exploradores a Portugal, Inglaterra y Nigeria, y se extendió mucho más la labor en suelo norteamericano, donde se crearon hermosos templos y casas pastorales.
Los años noventa llegaron con la publicación mensual del primer devocionario oficial de la Iglesia, bajo el nombre Mesa de Fe. La obra no se detenía. Se enviaron exploradores a Filipinas y embajadores al África. En el año 1998 el Arzobispo Luis Cruz Lara fue electo como presidente del Concilio Superior y Apóstol-Director, tomando posesión de sus funciones a principios del año 2000. El Apóstol Cruz Lara promovió ampliamente la evangelización, presidiendo personalmente dos campañas internacionales, una en Europa y otra en México, y dedicó grandes esfuerzos a la educación.
El 3 de enero de 2004, Cecilio García Santana recibió la investidura apostólica y su dirección se extendió hasta 2009, año en que comenzó su tarea como presidente del Concilio Superior el Apóstol Miguel Rodríguez. Miguel, luego de nueve años de arduo trabajo para la expansión y consolidación de la institución, concluyó se gestión frente al liderazgo de la iglesia. De ese modo, el Obispo David López García fue designado para ocupar la presidencia interina desde el 26 de abril de 2019. El 10 de agosto de ese mismo año fue investido como Apóstol Director el Obispo Santiago Mata Solano, quien actualmente preside la Iglesia.
En el presente se trabaja en los siguientes países del continente americano: Estados Unidos, México, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba, República Dominicana, Haití, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil. En Europa la obra está reconocida en España, pero hay presencia de misioneros en Inglaterra y miembros en Suiza, Italia y Bélgica. En el continente africano la Iglesia está representada en la República de Mozambique y en Guinea Ecuatorial.
La Iglesia Soldados de la Cruz de Cristo sigue activa. No cesa en su empeño de llevar a cabo la misión que le dio su verdadero fundador, el Espíritu Santo. Vence, contra todo pronóstico, cualquier adversidad que se levante en su contra y espera, firme, el retorno victorioso de Jesucristo.