“Daddy y la Radio”
Transmisión de radio de la Iglesia: la visión que tenía Daddy sobre el uso de los medios, y el eslogan del programa
Intentar poner una fecha de inicio exacto a la difusión radial que auspició nuestra Iglesia en sus comienzos es tarea difícil, debido a que no existen registros que nos permitan precisarlo. Sin embargo, es posible especular sobre el hecho de que la primera transmisión se desarrolló, quizás, entre los años 1935 y 1939, puesto que la historia de nuestra Iglesia suele ubicar este acontecimiento algunos años antes de la fundación de la revista El Mensajero. Sin embargo, –a juzgar por los testimonios recogidos en los cuatro primero números de la publicación periódica– pareciera que el programa inició justo en el año 1939. Así se confirma en la publicación Número 2 del año 1 de la revista, donde se invitaba al pueblo a escuchar todos los domingos el programa especial llamado “La hora del Bando Evangélico Gedeón”, que podía sintonizarse de 12:00 a 1:00 p.m. por la señal CMCH 1050 Kilociclos (hoy Radio Cadena Habana), emisora ubicada en la capital, propiedad de José Custodio Milagro Rumbaut y Lenza.
El eslogan que acompañó al programa durante su producción fue: “El Señor tiene un Mensaje para usted. Si a usted no le agrada, dígamelo a mí, y si le agrada dígaselo a otros”. Este tiempo era desarrollado fundamentalmente por Daddy John y Muriel C. Sellers –quien traducía al español las palabras del apóstol–, pero también contaba, en algunas ocasiones, con la colaboración de otros miembros de la Iglesia. La “Hora del Bando” tuvo gran aceptación entre el pueblo, y muchos de los testimonios que daban las personas al respecto fueron plasmados en diferentes números de El Mensajero en la sección “Lo que otros piensan”.
A continuación cito, a grosso modo, algunos de ellos:
(…) he podido experimentar uno de los momentos más agradables de mi vida, durante la transmisión de radio – Evangelina Mondéjar
(…) con gran entusiasmo… notificamos los versos citados en la hora de radio – Esther, Hilda y Celia Gutiérrez
(…) Todos agrupados junto a la radio, tal parecía que asistíamos a uno de sus cultos, ¡Aleluya! Amén… Cuán grato es pensar que a través de tantos hogares llegan sus consuelos y avivamiento espiritual – Sra. Flora R. de Ruiz
Incluso se recogían testimonios de niños:
(…) por radio estuve oyendo lo que sucedió a la niñita de la historieta… eso conmovió mi corazón… ahora soy más humilde y obediente a mis padres – Orestes Valdés
En la edición de la revista publicada el 15 de enero de 1940, vemos un cambio en el horario de la emisión, que a partir de ese año sería de 11:00 a 12:00 p.m. Y para el año 1942 se recoge el registro de la primera donación para el programa, que hasta ese momento había sido financiada por la Administración de la Iglesia. En mayo de 1942 fue conferida una ayuda de diez pesos mensuales para esta causa. Lamentablemente la hora que ocupaba el programa fue solicitada por la secretaría de gobernación, y la Iglesia quedó sin su espacio habitual; pero otras emisoras, como la CMOA, tenían a menudo cortesías con Daddy, quien continuaba predicando, tal y como se recoge en la página 5 de El Mensajero de julio de 1947 y en números posteriores. Después la Iglesia volvió a tener un espacio propio en La Habana por medio de la CMBX 1390 Kcs (Radio Álvarez), todos los domingos a las 3:30 p.m. con el programa “Voz de Gedeón”. Hacia el interior del país el mensaje radial era sostenido por medio de donaciones voluntarias de sus oyentes. En Matanzas se escuchaba por la CMCW 1440Kcs, en Cabaiguán por la CMHP 1250 Kcs, en Las Villas Radio Nacional 990 Kcs y desde Las Tunas por CMKG 1490 Kcs.
Para el año 1949 las emisiones radiales eran dirigidas por hermanos cubanos, pues Daddy ya se acercaba a sus ochenta años de vida. En la revista Número 5 del Año 10 expresó:
En años pasados yo tenía un carro privado y recorría toda la Isla año tras año y también transmitía por radio el mensaje del Evangelio. Ahora, como me acerco a mi octogésimo año del viaje de esta vida, mi fortaleza apenas me permite viajar en ómnibus públicos, y como no tenemos una estación de Radio aquí, la única forma en que puedo ser oído con el mensaje de salvación es por medio de El Mensajero…
Aunque sus fuerzas mermaban, el fundador siguió transmitiendo el mensaje de salvación hasta los últimos días de vida. Este hombre de Dios, además de ser un apasionado ganador de almas, también fue un excelente comunicador. Sus intervenciones fueron siempre certeras. Sabía cómo llegar a sus oyentes a través de sus historias y aplicaciones bíblicas, contando con el respaldo del Espíritu Santo. A pesar de que todos sus sermones e intervenciones debían ser traducidos porque nunca habló español, Daddy logró llamar la atención de muchas almas hacia su mensaje.
Al concluir este veloz recorrido por la historia de la emisión radial de los programas del Bando Evangélico Gedeón en sus primeros diez años de desarrollo, podemos afirmar que Sellers poseía una amplia y sobria visión sobre el impacto de los medios de comunicación a la hora de acercarse a las masas y afirmar a la familia de la fe en los lugares distantes. El hecho de que estuviera entre sus prioridades para la Iglesia naciente el adquirir un espacio para comunicarse a través de la radio, nos demuestra que no ignoraba su utilidad. Al leer El Mensajero somos conscientes de que Daddy usaba tanto la prensa internacional como la radio para informarse él mismo y enriquecer la revista con datos del acontecer mundial. En no pocas de sus intervenciones escritas expresó los avances de la radio-tecnología y su uso en todo el mundo, y lo hacía con tal frecuencia que es posible decir que gustaba de este medio en gran manera. Son sus propias palabras las siguientes: “Hoy más que nunca se ve el Evangelio esparcido por todos los lugares, por radio a todas horas del día y en diferentes formas…” (Mensajero, Marzo 6, 1948)